Reactivación económica con sabor a vainilla

Personas productoras de la Sierra de Otontepec, Veracruz se capacitan para fortalecer el mercado local de vainilla

14 de Diciembre de 2022

En la Sierra de Otontepec, ubicada al norte de Veracruz, se respira un ambiente dulce, de trabajo arduo y colectividad. Su clima tropical, cálido y húmedo no solo es el hábitat adecuado para especies en peligro de extinción como cojolites y venados, sino que también cuenta con las condiciones ideales para que florezca una orquídea originaria de México y que es codiciada en el mercado global: la vainilla.

La vainilla se caracteriza por su dulce perfume y sus grandes habilidades para aportar cualidades únicas a diferentes postres y bebidas de la cocina nacional y mundial, siendo Veracruz un estado reconocido por su prolífica producción. Sin embargo, a lo largo de los años, la vainilla ha perdido relevancia en la región debido a que requiere de procesos y cuidados minuciosos para su producción, por lo que cultivos como los de la naranja le han ganado terreno.

Adicionalmente, el cambio climático y la pandemia de COVID-19 han provocado que las personas productoras rurales de esta orquídea, además de carecer de los capacidades y conocimientos técnicos necesarios, hayan modificado su forma de convivir y trabajar, impactando negativamente su producción.

En este sentido, en el marco de la convocatoria de “Impulso al desarrollo, fortalecimiento y consolidación de proyectos productivos sostenibles”, diferentes grupos de jóvenes, mujeres y hombres de las comunidades de Naranjos, Cerro Azul, Tepetzintla y Otontepec en el estado de Veracruz, reciben apoyo para fortalecer la producción y comercialización de la vainilla en la región. 

Como parte de las actividades realizadas en las comunidades, se desarrollará un huerto principal donde se plantea renovar y ampliar el material genético. También, se busca construir infraestructura para el acopio y transformación de la vainilla; además de dar apoyo técnico y asesoría para formalizar la sociedad legal organizada. Asimismo, para fortalecer la cadena de valor, las personas productoras participarán en talleres sobre comercio justo, y se buscará que desarrollen competencias empresariales, financieras, de ventas y de mercadotecnia. Además, se buscará que las personas se apropien del conocimiento para que puedan continuar impulsando el sector de la vainilla en la región.  

 

Vainilla

Fundación Pedro y Elena Hernández A.C.

Caminando lado a lado por un mercado justo

En la Congregación Galeano, en la comunidad de Naranjos, más 163 personas productoras de vainilla reciben asistencia técnica, además de aprender a comercializar y acceder a herramientas financieras colectivas que les permitan aumentar sus ingresos y mejorar su calidad de vida.

“Es un honor para nosotros como productores. Me siento contento por el apoyo. Gracias al seguimiento estamos confiados ante los cambios que se han dado este año. Nos enseñamos los unos a los otros, antes no había maestros.”

Don Bernardo Victorio, productor de vainilla en Congregación Galeano, Naranjos.

En particular, las y los productores participan en talleres sobre comercio justo, manejo orgánico de la vainilla y polinización.

“Una vecina me regaló un esqueje de vainilla; con este proyecto recibí más, porque ya tenía experiencia y comencé a sembrar más.”

Doña Anselma Malerva,  productora de vainilla en Tamalinillo, Cerro Azul. 

 

Seguimiento técnico

Fundación Pedro y Elena Hernández A.C.

También, próximamente, formarán parte de un fondo conjunto para que puedan reinvertir en el próximo ciclo productivo.

La comunidad organizada que pertenece a este proyecto ha podido hacer frente a los intermediarios comerciales quienes, históricamente, debilitaban los procesos y avances en las cadenas de valor, así como en el desarrollo productivo local. En este caso, las personas productoras de vainilla malbarataban sus productos, además de que estos vínculos no les permitían aprender o fortalecer su proceso productivo.

“¿Qué es polinizar? No sabía, pero después de cursos y talleres me superé, me nació el afán de trabajarla.”

Don Bernardo Victorio, productor de vainilla en Congregación Galeano, Naranjos.

 

Escuela de orquídeas para el desarrollo local

Desde 2015, la comunidad escolar de la telesecundaria “El Humo”, ubicada en Tepetzintla, trabaja para alcanzar una transición que les permita diversificar los cultivos y sumar a la vainilla entre sus productos. Para ello, tanto las y los jóvenes, como la comunidad se involucraron en el desarrollo de ecotecnias y alternativas sustentables.

El acompañamiento brindado en el marco del proyecto ha incluido talleres sobre polinización, siembra y cosecha de la vainilla, los cuales han sido liderados por Lucila de la Cruz, maestra de la telesecundaria.

Ella refiere que ya se han tenido resultados de las capacitaciones ya que desde el 2015 han podido avanzar en el proceso y conocimiento de las necesidades productivas de la vainilla; en el último año, con ayuda del proyecto, al menos 10 estudiantes han aprendido sobre la polinización de la vainilla.

“En la época de vacaciones, en abril o mayo nos ayudan”, explicó. Incluso, narra que un exalumno llamado Javier es el que capacita a los estudiantes.  “Es un modelo a seguir en la escuela”, dice Lucila quien además de su labor académica ha emprendido e invertido en la producción de vainilla. Esto le permitió obtener las primeras utilidades de su cosecha en noviembre de este año.

 

Mujeres al frente del negocio

Las mujeres desempeñan un papel vital en la gestión de la biodiversidad, ya que un tercio del empleo mundial de las mujeres se encuentra en actividades como la agricultura y la silvicultura. No obstante, también se ven afectadas desproporcionadamente por la pérdida de la biodiversidad.

Hoy, sigue siendo un reto el reconocimiento en condiciones de igualdad de la labor agrícola de mujeres; sin embargo, cada vez son más las mujeres que, al participar en proyectos con enfoque de género, ocupan espacios de decisión. Este es el caso de Otontepec donde 24 mujeres productoras de vainilla han logrado generar ingresos propios con el apoyo de organizaciones aliadas.  

Anselma Malerva, Lucila de la Cruz, Zenaida Jacinto y Tomasa del Ángel son apenas algunos nombres de las mujeres productoras de la zona que le han hecho frente a los retos locales como la poca participación de mujeres en esta actividad productiva; o bien, aprovechar la oportunidad de autonomía económica que representa la venta de esta orquídea, situación que ha cambiado y les ha permitido mejorar las oportunidades y la calidad de vida de sus familias y comunidades.

Monitoreo

Fundación Pedro y Elena Hernández A.C.

Perfume de la Sierra: de esquejes a extracto

En las siguientes etapas del proyecto se busca generar un fondo para inversión de próximas cosechas, una caja de ahorro y se impartirán más talleres para fortalecer las actividades productivas locales. Esto se busca que les permita a las personas de las comunidades seguir apoyando la protección de la biodiversidad local y la recuperación de especies de flora y fauna de la zona.

“Nosotros ganamos porque se conserva la fauna y los animales que están en peligro de extinción, como los cojolites y venados.”

Don Catarino Bautista, productor de vainilla en Tamalinillo, Cerro Azul.

Adicionalmente, se trabajará con distintas organizaciones para promover la gestión sostenible de los territorios, acciones que incluirán apoyar a personas productoras locales de la sierra, gestionar espacios bioculturales en la huasteca y monitorear especies de aves en la península.


Seguimiento técnico

Fundación Pedro y Elena Hernández A.C.

 


 

Estas acciones son implementadas por Fundación Pedro y Elena Hernández A.C., como parte de los proyectos apoyados por la convocatoria de “Impulso al desarrollo, fortalecimiento y consolidación de proyectos productivos sostenibles” realizada entre Fomento Social Citibanamex, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México y Nuup A.C.