Manglares: restauración social y ecológica para enfrentar el cambio climático

12 de Octubre de 2022

Limpieza de canales en Ejido Tembladeras

PNUD México

En los ejidos El Palmar y Tembladeras, a la orilla de los ríos Grijalva y San Pedro-San Pablo, habitan guardianes silenciosos de las comunidades; impresionantes manglares de 20 metros de altura que protegen a las comunidades rurales de los impactos del cambio climático, al tiempo que proveen recursos para la economía local.

Para estos ejidos, ubicados en la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla, en Tabasco, los manglares juegan un papel clave para la economía local, específicamente para la actividad pesquera, al ser zonas donde se reproducen y crecen muchas especies de interés comercial, además de ayudar en el control de inundaciones y prevenir la erosión costera.

“El manglar es el gran proveedor de alimento y materiales, además de su gran belleza escénica. El manglar es una fuente de vida y de trabajo”

- Esteban Mateo del Ejido Tembladeras -

Sin embargo, estos manglares enfrentan serias amenazas que pueden alterar su funcionamiento, lo cual tiene repercusiones negativas en estas comunidades. Los incendios forestales y la alteración de los flujos hídricos por la sequía, así como las actividades humanas como la deforestación, la transformación del uso de suelo y los incendios forestales son impactos asociados al cambio climático que han reducido la diversidad y cantidad de especies para pesca, lo que ha aumentado la vulnerabilidad económica de las personas a nivel local.

Para revertir esta situación, las comunidades locales se han organizado para implementar acciones de restauración ecológica participativa, la cual considera que para lograr los objetivos y apropiación social es fundamental que la comunidad sea parte de todas las etapas del proceso, desde la definición de los sitios a restaurar, la planificación de las acciones, hasta su implementación y monitoreo. En ese sentido, las comunidades se vuelven centrales para una gestión territorial sostenible al aportar su conocimiento, experiencia y habilidades en el desarrollo de proyectos ambientales.

¡Si sombra queremos, manglares sembraremos!

La comunidad del Ejido el Palmar posee una extensa red de canales denominados “picadas” ubicados en medio de una vegetación herbácea que años atrás fue manglar. Estos canales están distribuidos entre las familias de la comunidad y durante la temporada de pesca, que va de noviembre a marzo, cada familia limpia y recorre su picada para colocar y/o retirar sus trampas. Las altas temperaturas de la zona y la falta de sombra, los obligan a realizar esta actividad durante la madrugada y no más allá de las 9 de la mañana. En ese sentido, la comunidad, al reconocer la importancia de los manglares, decidió reforestar los canales con la especie más representativa de la zona, el mangle colorado o rojo (Rhizophora mangle) para que en unos años puedan tener sombra, similar a la que existe en el área más conservada.

joven con propágulos de mangle rojo

Joven con propágulos de mangle rojo | Ejido El Palmar

PNUD México

Durante 4 jornadas, en un par de meses la comunidad logró:

17,038

propágulos sembrados

34,530

metros de canales cubiertos

160

hectáreas en proceso de restauración

Para promover el crecimiento de estas jóvenes plantas y evitar la competencia con otra vegetación alrededor, ha sido indispensable realizar acciones de mantenimiento, como la poda de las zonas de siembra, que es una actividad que se realiza anualmente. De esta manera, y  en tan solo tres años, los árboles de manglar de esta comunidad han alcanzado más de 1 metro de altura

 

¡Que el agua fluya, para que la vida vuelva!

En la comunidad del Ejido Tembladeras existe poca área disponible en los terrenos de uso común para reforestar sus manglares, además, el manglar reforestado años atrás, tuvo un crecimiento no controlado causando bloqueos en el flujo de agua de los canales naturales que se usan para pescar. Por estas razones, las personas de la comunidad decidieron en consenso que la reforestación no era la estrategia de restauración adecuada. En su lugar, se optó por una estrategia de rehabilitación hidrológica mediante la cual se realizó una limpieza manual de canales.

Identificamos a los manglares como reservorios de vida. Si el agua no corre, no llegan las especies que por aquí “caminan”

- Alberto Sánchez, Ejido Tembladeras, Centla -

 

Utilizando machetes, palas y rastrillos la comunidad limpió: 

4,942

metros de canales

35

hectáreas en proceso de restauración

Cada año se hace una limpieza de mantenimiento. En 2020, después de limpiar los canales, se llevó a cabo un primer ejercicio de monitoreo liderado por personas pescadoras en el que se instalaron algunas de las trampas de pesca. Se logró la captura de algunas de las principales especies pesqueras en zonas donde anteriormente ya no se encontraban, como camarón, jaiba, mojarra, topén y madrefil. Esto es una evidencia de que la recuperación funcional a veces puede ser rápida si las acciones se implementan correctamente.

Limpieza de canales | Ejido Tembladeras

PNUD México

 

La restauración ecológica de estas zonas no solo beneficia al manglar, sino también recupera el tejido social. Desde el inicio del proceso de restauración, un objetivo primordial fue fortalecer las capacidades de las comunidades, lo cual ha permitido proveer medios y recursos para que la calidad de vida de estas comunidades mejore. Por ejemplo, se instalaron sistemas de captación de agua lluvia y se conformaron brigadas de monitoreo de la calidad del agua; se fortaleció la autoproducción local de alimentos con huertos elevados e incubadoras para obtener huevo y carne que contribuyan a la diversificación de fuentes de alimento; y se ha apoyado la transición hacia prácticas productivas sustentables de pesca artesanal que permita conservar los recursos pesqueros y agregue valor para la comercialización.

“Nosotros estamos haciendo la restauración a conciencia, ya con los pasos adecuados para tener un buen resultado”

- Rosa Carrasco, Comisaria ejidal El Palmar -

 

Hoy, las personas de los ejidos de El Palmar y Tembladeras no sólo han beneficiado a sus comunidades, al mejorar su producción pesquera e impulsar el ecoturismo, sino que al poner en marcha la restauración ecológica participativa han echado raíces para tener un ecosistema sano que les permita conservar a estos guardianes silenciosos para el bienestar futuro de las personas y el planeta.

 


Estas acciones forman parte del proyecto: Impulso a modelos de adaptación y reducción de riesgos asociados a la deforestación y degradación en contextos de cambio climático, ejecutado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México en colaboración con Foro para el Desarrollo Sustentable y con el apoyo financiero de Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF por sus siglas en inglés), la Comisión de Cooperación Ambiental para América del Norte, Nacional Monte de Piedad y la Fundación Gonzalo Río Arronte, I.A.P.