El cuarto de paz, un mecanismo para el manejo de conflictos en tiempo real (parte 2)

30 de Enero de 2023

En este blog te contamos sobre algunos conceptos clave para tener en cuenta y, en un blog posterior, discutiremos las herramientas que fueron utilizadas.

El manejo del conflicto en tiempo real en la ruta hacia una estrategia integral de prevención de conflictos y el establecimiento de canales de diálogo entre gobierno y comunidades para la implementación de programas de desarrollo regional e infraestructura en el sur de México.

 

En el blog anterior te contamos sobre el Cuarto de Paz, una serie de reuniones recurrentes que diseñamos en el Laboratorio de Aceleración para ayudar a nuestras contrapartes a incorporar el paradigma de la prevención de conflictos y el diálogo intercultural en la implementación de un programa de desarrollo regional en el sur de México. Es importante mencionar que toda transformación viene acompañada de inconformidades y conflictos que, de no ser atendidos de manera adecuada, pueden poner en riesgo la implementación de los proyectos, además de que se puede perder la oportunidad de generar vínculos de confianza con las comunidades locales. En este blog te contamos sobre algunos conceptos clave para tener en cuenta y, en un blog posterior, discutiremos las herramientas que fueron utilizadas.

¿Cuáles son algunos conceptos clave para tener en cuenta?

Cuando un grupo de personas se reúne para hablar de cómo resolver las tensiones que genera un proyecto y que provoca que otros grupos de personas se le opongan, el primer paso para tener en cuenta es que todas las personas tengan la misma idea al hablar de conceptos clave como conflicto, paz, construcción de paz y mantenimiento de la paz. Este paso es muy importante para que todas las personas en la sala tengan definiciones compartidas y que sean de común acuerdo. Esta es también la oportunidad para “participar” y socializar una situación y definirla a partir de la experiencia que cada una de las personas trae a la mesa.

Asimismo, cada situación de conflicto debe contar con un perfil específico, pues esto permite que puedan diferenciarse e iniciar, para cada caso, una bitácora (estructura cronológica) en la cual se añadirán nuevos elementos, sesión tras sesión, para que abonen y se puedan generar estrategias particulares que lleven hasta un desenlace positivo. En el caso del Cuarto de Paz que organizamos con el Gobierno de México, las situaciones de conflicto se identificaban por su geografía. Esta categorización responde a que el proyecto en cuestión trataba sobre la remodelación de una vía férrea, en particular, las situaciones de tensión se daban con grupos en lugares específicos de los tramos de la vía.  

En este contexto, es relevante señalar que el conflicto debe ser entendido como inherente al ser humano, y que se presenta cuando las personas tienen o creen tener metas incompatibles. Los conflictos muestran la existencia de desajustes o malestares de las personas o grupos (denominados actor o actores del conflicto). Por ello, al incorporar el enfoque de transformación de los conflictos es posible responder de manera adecuada y permitir la construcción de relaciones armónicas entre los actores, con una visión a largo plazo.

Igualmente, en los conflictos se debe prestar atención a las percepciones de las personas, pues estas van a determinar sus actitudes. Por ejemplo, en un proyecto de infraestructura vial, la percepción de un técnico que se desplaza de la ciudad a la comunidad no será la misma que la del comunario que vive en el territorio. Este acercamiento conceptual permitirá comprender que el conflicto no es sinónimo de violencia. La violencia es la consecuencia de un conflicto no atendido. Para Johang Galtung[1] la agudización negativa de la crisis decanta en violencia y tiene una triple dimensión: directa, estructural y cultural; la directa es visible (puede ser física y/o psicológica). La violencia estructural y cultural son menos visibles, y son enajenantes.

Es así como se entiende que la paz es una construcción permanente y que requiere de gran convicción para armonizar y equilibrar emociones incontroladas. En el aprendizaje de los conflictos violentos del siglo XX, la consolidación de la paz se entendía, desde la ONU, como una acción posterior a los conflictos, y la construcción de paz estaba dada debido a la gestión y respuesta a las crisis al alcanzar acuerdos. En el siglo XXI, se desarrolla el alcance de la construcción de la paz, focalizándose en la prevención y mantenimiento de la paz.[2]

Del concepto al análisis

Algunas preguntas de apoyo para analizar el conflicto y establecer su perfil básico son: ¿De qué se trata y cuál es el lugar donde sucede el conflicto? ¿Cuál o cuáles son las medidas de presión o acciones que visibilizan el conflicto (bloqueo, huelga, paro, retención, amenaza, etc.)? ¿Quién es el actor(es) o grupo(s) que se manifiesta públicamente (sindicato, organización, comunidad, etc.)? ¿Qué es lo que demandan (retribución, salida del proyecto, etc.)? ¿Quiénes son los actores demandados o a quién interpela su demanda (estado, gobierno federal, ejido, empresa, etc.)?

A partir de la identificación del conflicto y su valoración en el cuarto de paz, se toma como punto de partida la cronología del conflicto, mediante una línea del tiempo, la cual va desde la primera noticia que se tuvo del caso hasta el presente. A partir de ese momento y sesión tras sesión, conforme se vayan suscitando eventos, la persona relatora irá completando la bitácora del caso. Esto ayudará a integrar un historial del conflicto al que se podrá recurrir cuando se busque información relevante del contexto y/o contrastar los resultados de distintas alternativas de acciones asumidas. Por último, y para completar el perfil básico de una situación, se debe establecer una tipología para definir la fase en la que se encuentra el conflicto (latente, escalada, crisis). Esta semaforización ayudará a determinar el nivel de prioridad que debe dársele a cada caso que atienda el Cuarto de Paz.

Siguientes pasos

Una vez que se tiene un perfil básico de cada situación conflictiva, el siguiente paso es aprender a utilizar herramientas metodológicas que ayuden en el análisis de cada caso, entender sus distintas dimensiones, formular hipótesis sobre las dinámicas que podrían estar explicando el surgimiento del conflicto y los factores que hay que atender para su transformación y resolución. En el siguiente blog te explicamos cómo funcionan y cuál es la lógica detrás de cada una de las herramientas que utilizamos en el Cuarto de Paz:

  • el mapa situacional,
  • la matriz de actores,
  • el mapa de relaciones y
  • la ficha de negociación,

Todas estas herramientas te ayudarán a responder las siguientes interrogantes: ¿Cómo ve cada grupo la situación? ¿Quiénes son los actores clave/principales del conflicto? ¿Cómo son las relaciones entre actores? ¿Qué alianzas hay que tener en cuenta? ¿Qué rol juegan cada uno de los actores y cuáles constituyen rutas para la resolución a partir de sus relaciones? ¿Cuáles son las necesidades, posiciones e intereses de cada actor?, ¿Qué gana y que pierde cada uno de los actores en el conflicto? ¿Cómo se afectan los intereses de cada actor? ¿Qué los puede estar llevando a participar del conflicto? ¿Qué capacidades tienen cada uno de los grupos involucrados para continuar o terminar con el conflicto? ¿Cuál es con mayor probabilidad la agenda de cada uno de los actores? ¿Cuáles son las posibles vías para la negociación y quiénes pueden influir sobre el resultado?, y ¿Qué tipo de liderazgo y estructura tiene cada grupo?

¿Tienes experiencia en procesos de construcción de paz, negociación, prevención y mediación de conflictos? ¿Tienes ideas sobre cómo podríamos mejorar este ejercicio? Escríbenos, queremos conocer tu opinión.


[1] Galtung, Johan (2003b), Violencia Cultural, Guernika-Lumo, Gernika Gogoratuz