El cambiante panorama de la desigualdad en América Latina: evidencia de tres décadas

9 de Agosto de 2022

América Latina sigue siendo una de las más desiguales del mundo junto con África subsahariana

La desigualdad es una de las características más distintivas de las economías latinoamericanas. También es una de las principales preocupaciones sociales y políticas. En un artículo reciente, documentamos los principales patrones y tendencias de la desigualdad de ingresos y otras variables relevantes como los salarios, la educación, la vivienda y el acceso a los servicios básicos. Para ello, analizamos indicadores sociales construidos a partir de las respuestas a encuestas de hogares, representativas a nivel nacional de casi 30 millones de latinoamericanos en 18 países[1].

 

Mejora y desaceleración

La desigualdad de ingresos ha cambiado significativamente en todas las economías de la región durante las últimas décadas. El patrón ha sido claro: aumento en la década de 1990, fuerte reducción durante los años 2000 y desaceleración o incluso estancamiento durante la década del 2010. El estudio no incluye datos para el 2020, pero todas las estimaciones y proyecciones sugieren que la pandemia del COVID-19 ha tenido un gran impacto sobre la desigualdad económica.

Si bien han habido cambios notables durante algunos períodos (sobre todo a principios y mediados de la década del 2000), éstos han sido claramente insuficientes para transformar las características básicas de la distribución del ingreso en América Latina. La región sigue siendo una de las más desiguales del mundo junto con África subsahariana. América Latina tiene una desigualdad de ingresos significativamente mayor de lo que predeciría su nivel de desarrollo.

 

El mercado laboral

Pese a algunas mejoras durante las últimas tres décadas, la evidencia sugiere que los cambios hacia una menor dispersión en los resultados del mercado laboral se han ralentizado en los últimos años:

  1. El aumento en la participación en la fuerza laboral y el empleo entre los trabajadores no calificados (principalmente mujeres) se ha desacelerado desde mediados de la década del 2000
  2. La brecha en horas trabajadas ha seguido creciendo
  3. La reducción en las brechas salariales se ha ralentizado considerablemente, y
  4. Las brechas en las tasas de formalidad están disminuyendo muy lentamente, encontrándose aun por encima de las cifras de principios de los años noventa.

 

Más allá de los ingresos

El artículo amplía el análisis de la desigualdad a otras variables más allá del ingreso: educación, vivienda y servicios básicos. En todos los países se produjo un aumento generalizado y bastante uniforme en los años de educación, manteniéndose las brechas casi inalteradas.

Las observadas en las tasas netas de matrícula, en cambio, han disminuido en todos los niveles educativos. Sin embargo, la reducción ha sido menos impresionante durante la década del 2010, incluso en los niveles secundario y terciario, donde las tasas de matrícula aún están lejos del 100%.

El trabajo enfatiza dos preocupaciones adicionales con respecto a la educación y la desigualdad: (i) las amplias diferencias en la calidad de la educación, más grandes que en otras regiones del mundo y, (ii) los niveles crecientes de segregación entre escuelas públicas y privadas, fenómeno que genera preocupaciones respecto de la cohesión social en un futuro próximo.

 

En síntesis

Los patrones de desigualdad económica en América Latina durante las últimas décadas se pueden resumir en tres simples conclusiones: hubo mejoras; no fueron suficientes y; se han ralentizado.

 

 

 

[1] Los indicadores fueron sacados de SEDLAC, una iniciativa conjunta de CEDLAS-UNLP y el Banco Mundial.