"No tuvimos tiempo de pensar y anticiparnos"

6 de Octubre de 2022
Pakistan floods Muhammad Ilyas

En el distrito de Nowshera en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa (Pakistán), Muhammad Ilyas evalúa los daños causados por las inundaciones en la casa familiar.

Foto: PNUD Pakistán / Shahzad Ahmad

A finales de agosto, en el distrito de Nowshera en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa (Pakistán), la lluvia comenzó a caer. Cuando sus amigos les dijeron que había peligro de que repentinamente se inundara la zona, Muhammad Ilyas y su familia pensaron que estarían a salvo. 

“Al principio, mi familia y yo no nos tomamos en serio la advertencia, ya que nuestra zona está a unos dos kilómetros de la orilla del río Kabul”, explica Muhammad. 

Sin embargo, poco después empezaron los avisos de puerta en puerta y luego sonaron las alarmas desde los altavoces de la mezquita. 

“Parecía irreal y no tuvimos tiempo de pensar y planear. Rápidamente decidimos llevar a las mujeres y a los niños de nuestra familia hasta un área segura que estaba a unos cinco kilómetros de nuestra casa”, dice Muhammad.

La familia solo se llevó productos de primera necesidad, como vestimenta y ropa de cama. El resto, lo dejó. Aun así, Muhammad decidió quedarse, esperando contra toda esperanza. 

“La esperanza comenzó a desvanecerse cuando noté que entraba agua a borbotones. Tuve que abandonar mi casa”, afirma.

El Pakistán se encuentra en una cuenca de fácil inundación, por lo que los paquistaníes están acostumbrados a los aluviones. Una vez por década, más o menos, llueve más de lo esperado, los ríos se desbordaban y causan estragos. La población, resignada a su destino, cada vez que ocurre una catástrofe así, evalúa sus pérdidas, derrama unas lágrimas y continua con sus luchas de lo cotidiano. 

Clean up Pakistan floods

Decenas de millones de pakistaníes lo han perdido todo en las catastróficas inundaciones que asolaron el país en agosto.

Foto: PNUD Pakistán

Eso no fue lo que ocurrió este año. De hecho, nunca antes habían visto lluvias de tal calibre.

En el Pakistán ha habido entre tres a cinco veces más precipitaciones que en el promedio de los últimos 30 años. Esta lluvia torrencial arrasó las infraestructuras que ya eran frágiles, desconectó muchas ciudades del resto del país y, en el caso del Baluchistán, incomunicó a toda una provincia. Las precipitaciones erradicaron pueblos enteros de la faz de la tierra. 

Durante el peor momento de la tormenta, un tercio del país estuvo cubierto por agua. 

Ha afectado a unos 33 millones de personas, de los cuales la mayoría ya vivía en condiciones lamentables. 

Casi 1.700 personas han muerto, unas 7,9 millones han sido desplazadas y unas 6,4 millones necesitan asistencia humanitaria. 

Children Pakistan floods

Niños cerca de las inundaciones en Sindh.

Foto: PNUD Pakistán / Jamil Akhtar

La temporada de lluvias ya casi ha terminado, pero los paquistaníes saben, a golpe de experiencia, que lo peor está por venir. 

Cuando Muhammad y su padre regresaron a su hogar para evaluar los daños, después de que las aguas retrocedieran, se encontraron con un panorama aterrador. 

“Casi todo quedó destruido, incluido las camas, los muebles de madera, los colchones, los alimentos y los electrodomésticos. Nos llevó muchos años ahorrar dinero y comprar estos artículos y el agua tardó solo 24 horas en destruirlo todo”, explica.

La estructura de su casa también está muy dañada. Los muros limítrofes están destrozados y los interiores están agrietados y desmoronados, y es probable que se derrumben. 

Muhammad y su familia saben muy bien que el agua estancada que queda en el pueblo es un mal augurio. 

Pakistan floods roadside camp

La gente se refugia al borde de una carretera en Sindh. Más de un millón de cabezas de ganado se han perdido en las devastadoras inundaciones en el país.

Foto: PNUD Pakistán / Jamil Akhtar

El sector de la sanidad en el Pakistán no está en buena forma para lidiar con brotes de enfermedades que probablemente están al caer. Los mosquitos están desbocados. El agua potable, que anteriormente ya era escasa, se ha convertido en un bien aún más limitado. Las personas se ven forzadas a hacer sus necesidades al aire libre, cerca de las áreas en donde han buscado refugio, lo que incrementa la posibilidad de brotes de enfermedades. Se espera que, entre las personas que se verán desplazadas en noviembre, habrá 72 mil nacimientos, según una estimación no confirmada. 

Las inundaciones traen también malas noticias para la industria de la agricultura. 

El agua todavía cubre grandes áreas de valiosas tierras agrícolas. La temporada de siembra de trigo ya casi está aquí y, si el agua no se drena a tiempo, los agricultores no podrán sembrar y la cosecha del próximo año se verá afectada. 

Incluso en años normales, a pesar de ser un país agrícola, el Pakistán no produce suficiente trigo para alimentarse. Es muy probable que sea necesario importar aún más trigo el próximo año, lo que supondrá una carga adicional para la precaria balanza de pagos del país. 

Las inundaciones han devastado también los campos de algodón, lo que significa que resentirá la exportación de prendas textiles y la economía sufrirá un nuevo revés. 
 
Como siempre, el pueblo del Afganistán ha dado un paso al frente y ha ayudado a sus vecinos tanto como ha podido. Numerosas ONG han estado trabajando para ofrecer refugio, comida y suministros básicos. Sin embargo, la necesidad de las víctimas de este desastre va más allá: el país necesita urgentemente la ayuda internacional. 

Pakistan wheat crops submerged by flooding

Cultivos de trigo en el Pakistán sumergidos por las inundaciones.

Foto: PNUD Pakistán / Jamil Akhtar

Las familias como la de Muhammad necesitan absolutamente de todo: desde trabajo, hasta mantas, agua potable o tratamiento para enfermedades como el dengue, la diarrea y las erupciones cutáneas. Los hijos de Muhammad están recibiendo atención en campamentos médicos de la zona, en donde la administración del distrito y las organizaciones locales de asistencia distribuyen agua con camiones cisterna. 

“Estamos todavía sin electricidad debido a las inundaciones. Necesitamos que vuelva de manera urgente o cualquier otra fuente de energía como la solar. La mayoría de las familias de nuestra área se encuentran con obstáculos, pues no pueden reconstruir o reparar sus casas y el invierno está a la vuelta de la esquina”, dice.

Pakistan floods Charsada district

El agua estancada presenta desafíos de salud para los millones de paquistaníes afectados por las inundaciones.

Foto: PNUD Pakistán

33 millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones en el Pakistán. Las comunidades necesitan ayuda para recuperar sus medios de subsistencia para levantar cabeza. Con el objetivo de recuperar mejor, la reconstrucción debe ser resiliente al clima e inclusiva. El PNUD ya ha comenzado a trabajar en este aspecto junto con los socios y el Gobierno del país evaluando las necesidades. Para que la recuperación tenga lugar prontamente, el PNUD también está dirigiendo los esfuerzos de sus programas en el terreno para apoyar a las comunidades más vulnerables. 

Historia de Shahzad Ahmed, Oficial de Comunicaciones del PNUD Pakistán, y Jamil Akhtar, escritor y fotógrafo galardonado internacionalmente. Puedes ponerte en contacto con Jamil en info@jamilakhtar.photography.