Ponte En Marcha: construyendo negocios sostenibles

Más de 2,000 personas emprendedoras en la República Dominicana han sido beneficiadas con el Programa Ponte en Marcha, una iniciativa regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

5 de Junio de 2025
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Emprender no es solo abrir un local, colgar un cartel y recibir clientes. Para la mayoría de los emprendedores y emprendedoras, se trata de una carrera de obstáculos constante: falta de tiempo, escasez de recursos, responsabilidades múltiples y decisiones que parecen no dar tregua.

Yaineris Mercedes y Francisco Franco son personas emprendedoras que tienen líneas de negocios muy diferentes, pero los retos que enfrentaron en sus inicios han sido comunes: navegar en un mar de cuentas mezcladas, donde los gastos personales y los del negocio se entrelazaban; no contar con un sistema de contabilidad que les permitía tomar decisiones informadas; y la falta de preparación para aprovechar las ventajas de la publicidad digital, la imagen comercial y las redes sociales.

A esto se suman momentos de desmotivación, cansancio y frustración por no ver resultados, incluso cuando el trabajo no se detiene, junto con la vulnerabilidad ante los choques climáticos. Pero también hay algo más que comparten: la determinación de transformar las dificultades en oportunidades; decidieron no rendirse y poner sus sueños en marcha. 

Yaineris encontró en la decoración una forma de expresar su creatividad. Comenzó ayudando en su iglesia y luego su talento fue creciendo hasta convertirse en un negocio: AM, detalles para toda ocasión.

Su microempresa forma parte de las 404,034 unidades económicas pertenecientes al segmento de micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) que según la "Encuesta Nacional de las MIPYMES 2022-2023" del Banco Central y el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) (2022-2023) existen en el país, y equivalen al 32% del total de la economía nacional. Este sector genera empleo para aproximadamente 3,052,449 personas, lo que representa el 61.6 % de la población ocupada del país. El 85.2% son negocios informales, según el documento.

La distribución regional de estos empleos es la siguiente: 36.0 % en el Gran Santo Domingo, 36.0 % en la región Norte, 16.3 % en la región Sur y 11.7 % en la región Este, justo en esta última zona se encuentra Yaineris, cuyos primeros clientes fueron sus familiares.  Recuerda que su hijo se llenaba de alegría cada vez que ella decoraba la casa para alguna celebración. Pero su realidad detrás del telón era otra: necesitaba organizarse mejor y aprender a llevar las cuentas del negocio, tener mejor registro de los pedidos, y se debatía entre la idea constante de dejarlo todo o buscar apoyo para superar las dificultades del comienzo de todo negocio de emprendimiento.

Los motivos por los cuales quería declinar era al no ver un resultado, por no tener un buen manejo de las finanzas; porque cuando uno no se planifica y no se ordena bien en cuanto a los negocios, no va a ver ganancias, entonces uno estar trabajando y no ver ganancias eso desmotiva a uno. Porque uno dice: estoy trabajando para estar cansada”, comenta.

Yaineris no es la única que ha enfrentado este desafío. El documento “Nacimiento y muerte de las Mipymes”, elaborado por el Observatorio Mypimes del Ministerio de Industria Comercio y Mipymes (MICM) e Intec, indica que “el 90% de los nuevos emprendimientos fracasan” en el largo plazo.    

En el caso de la República Dominicana un estudio de “The Failure Institute”, expuso que el 48,6 por ciento de los emprendimientos fracasan en su etapa de madurez; entre las causas principales resaltan la falta de estrategias y los problemas financieros.  

Cuando Yaineris  se encontraba en ese punto de quiebre fue cuando conoció del programa “Ponte en Marcha”. Con acompañamiento personalizado, capacitaciones y asesoría financiera, esta emprendedora aprendió a organizar sus finanzas, a gestionar sus pedidos de forma ordenada y a llevar un inventario estructurado. “En mi negocio he tenido bastantes cambios, han aumentado las ventas, como me he organizado mejor ya sé ordenar las finanzas”, asegura. 

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En una situación similar se encontraba Francisco. Desde niño jugaba a ser colmadero y, tras años de trabajo y momentos difíciles, decidió emprender su propio colmado. Aunque tenía experiencia, la organización no era su fuerte: no llevaba inventario, los gastos no estaban controlados y no tenía una estrategia de crecimiento. 

Luego del acompañamiento personalizado recibido en “Ponte en Marcha”, Francisco reorganizó su contabilidad y adoptó un nuevo logo para darle mayor visibilidad a su negocio. “El programa Ponte En Marcha me ayudó mucho en cómo reducir ciertos gastos en el negocio, organizarme mejor y mantener el negocio en pie siempre”, dijo. 

Yaineris y Francisco, ambos de la zona Este del país, forman parte de los más de 2,000 personas emprendedoras en la República Dominicana que han sido beneficiadas con el Programa Ponte en Marcha, una iniciativa regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que en el país se ha implementado en coordinación con el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), el Ministerio de la Vivienda y Edificaciones y SUPÉRATE, y con el apoyo financiero de la Unión Europea, el Gran Ducado de Luxemburgo y el Fondo de Canadá para Iniciativas Locales (FCIL), contribuyendo así con las prioridades nacionales. 

Esta implementación buscó poner a las personas en el centro de los procesos de recuperación post-desastre. Surge a raíz del impacto de fuertes lluvias, tormentas eléctricas y ráfagas de viento provocadas por la perturbación tropical número 22, que en noviembre de 2023 afectó gravemente a amplias zonas de la República Dominicana. Su objetivo es fortalecer la capacidad de recuperación de las comunidades vulnerables y aumentar su resiliencia frente a futuros eventos extremos.

Para ello durante sesiones de hasta 2 horas los empresarios y empresarias seleccionados reciben capacitaciones en: organización financiera, ayudándoles a separar las finanzas personales de las del negocio y a llevar un registro contable básico; gestión de inventario, implementando sistemas que permiten mayor control y proyección; formalización y estructura del negocio, incluyendo mejoras operativas, agendamiento y definición de identidad visual; promoción digital, enseñándoles a aprovechar las redes sociales y mejorar su imagen comercial; y, finalmente, acompañamiento personalizado, brindando asesoría continua y motivación para que no abandonen sus emprendimientos y puedan crecer con confianza.

Al finalizar el programa, los participantes también son beneficiados con un capital semilla que les permite implementar mejoras esenciales y pasar de la teoría a la acción. Para Francisco y Yaineris, y las demás personas impactadas por el programa, más allá de fortalecer sus negocios, esta oportunidad les devolvió algo fundamental: la confianza en que sí se puede.