Cobertura

Este proyecto se enfoca en la Subregión PDET del Catatumbo en el Departamento de Norte de Santander, la cual está conformada por los Municipios de Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú. 

La Subregión del Catatumbo se encuentra localizada en el nororiente del Departamento en la frontera con Venezuela y abarca alrededor de 1 millón de hectáreas, lo que corresponde a más del 52% de esta zona. Esta subregión se caracteriza por su alta riqueza natural y cultural con un 17% correspondientes a los Parques Nacionales Naturales, en donde se encuentra el Parque Nacional Natural Catatumbo-Barí con más de 158 mil hectáreas, además de la Zona de Reserva Forestal de Ley 2, Serranía de los Motilones, con más de 539 mil hectáreas. Por otro lado, actualmente en la subregión existen dos resguardos indígenas constituidos por el pueblo Barí, Catalaura y Motilón Barí, ambos ubicados en la región del Catatumbo en el departamento de Norte de Santander. El resguardo Motilón Bari fue constituido por el instituto Colombiano de Reforma Agraria (INCORA), con parte de los terrenos que conforman la Reserva Indígena a favor de la comunidad Motilón Barí, más un globo de terreno baldío que suman un área de 108.900 hectáreas. El Resguardo Catalaura cuenta con un globo de terreno baldío ubicado en jurisdicción del municipio de Tibú, con un área aproximada de 13.300 hectáreas (según Incoder, 2017).

¿Cuáles son los desafíos? (resumen teoría del cambio)

El Catatumbo presenta serias barreras para su desarrollo. La baja presencia del Estado ha generado espacios bélicos y actores armados, economías ilegales y acciones violentas que han aumentado el nivel de vulnerabilidad y falta de oportunidades para el desarrollo sostenible, lo cual se refleja en elevados niveles de violencia e incremento de sus índices de pobreza que afectan diferencialmente a las mujeres en el territorio, frente a problemáticas como la trata de personas, el tráfico de migrantes y la explotación sexual, que se asocian al carácter fronterizo de esta región.

De los 184.092 habitantes, el 63,2% se encuentra en condición de pobreza multidimensional; el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) supera el 50%; la cobertura de servicios básicos, como agua potable, no supera el 27%, a pesar de que el promedio nacional es del 94%. Solo el 5% de la Subregión cuenta con acceso a internet, y el Índice de Feminización de la Pobreza Multidimensional (IPM-F) es de 60,9%, (CNVP, 2018), lo que evidencia las limitaciones en el acceso a rutas de atención para mujeres víctimas del conflicto armado y de las violencias basadas en género del Catatumbo. El 56% de la población no tiene asistencia escolar; un 18% es analfabeta; y, al menos un 68% presenta índices de hacinamiento por vivienda (DANE, 2018). Más del 70% de la población es rural, y está afectada por tensiones territoriales por la tenencia de la tierra frente a la ampliación de la frontera de colonización agrícola como principal sustento económico de los hogares y las disputas en la Zona de Reserva Campesina (CAF, 2016). 

La situación descrita no permite reconocer las ventajas competitivas de la Subregión ni promover un enfoque de desarrollo sostenible que dé solución efectiva a las diferentes brechas sociales, económicas y de género en la región; tampoco hace posible optimizar el aprovechamiento de su oferta ambiental, cultural y productiva, lo que, sumado a las restricciones de los instrumentos de ordenamiento territorial, no ha permitido habilitar 340 iniciativas que fueron priorizadas por las comunidades. 

Con la firma del Acuerdo de Paz, 316 exintegrantes FARC-EP, 94 mujeres y 222 hombres, iniciaron el proceso de cese al fuego y la dejación de armas. Desde 2017, el Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) Caño Indio forma a los excombatientes en su tránsito a la vida civil, apoya en sus proyectos productivos y de formación técnica en un modelo de reincorporación comunitaria como personas en proceso de reincorporación. Este espacio es un referente importante para la construcción de paz. Sin embargo, los retos incluso a nivel institucional en la implementación han dificultado el ejercicio de los liderazgos en un territorio con tanta conflictividad, aumentando, como consecuencia, las violencias basadas en género en contextos rurales con limitación al acceso a la justicia por parte de las mujeres y las comunidades étnicas diferenciales.

Para afrontar estas problemáticas y como parte de la implementación del Acuerdo de Paz, se han promovido los PDET como instrumentos de planificación y gestión, con el objetivo de estabilizar y transformar los territorios más afectados por la violencia, la pobreza, las economías ilícitas y la debilidad institucional. El PDET Catatumbo incluye 1.115 iniciativas, de las cuales al menos 340 requiere para su implementación del ajuste a los POT de los municipios y su integración al Plan Departamental de Ordenamiento Territorial (PDOT). De estas iniciativas, 65 tienen expresamente etiqueta de género y mujer rural para la Subregión Catatumbo, así: 19 de ellas contenidas en el Pilar 1 de Ordenamiento Social de la Propiedad Rural y Uso del Suelo; 9 del Pilar 2 de Infraestructura y Adecuación de Tierras; 3 del Pilar de Salud Rural; 1 de Educación Rural y Primera Infancia; 10 del Pilar 5 de Vivienda Rural, Agua Potable y Saneamiento Básico Rural; 14 del Pilar 6 de Reactivación Económica y Producción Agropecuaria y 8 del Pilar 8 de Reconciliación, Convivencia y Construcción de Paz; y la totalidad de las demás iniciativas tienen incidencia indirecta en las mujeres, el campesinado y las minorías étnicas y están distribuidas así: Pilar 1. Ordenamiento Social de la Propiedad Rural y Uso Del Suelo: 50 iniciativas; Pilar 2. Infraestructura y Adecuación de Tierras: 50 iniciativas; Pilar 3. Salud Rural: 7 iniciativas; Pilar 4. Educación Rural y Primera Infancia Rural: 43 iniciativas; Pilar 5. Vivienda Rural, Agua Potable y Saneamiento Básico Rural: 82 iniciativas; Pilar 6. Reactivación Económica y Producción Agropecuaria: 93 iniciativas; Pilar 8. Reconciliación, Convivencia y Construcción de Paz: 15 iniciativas.

Si los POT no adaptan sus condiciones normativas, de uso del suelo y de planeación territorial, las iniciativas PDET de los 8 Pilares continuarán presentando obstáculos en su implementación y un número considerable no podrá ser ejecutado.

Si se fortalecen las capacidades de la gestión territorial, particularmente, de las entidades responsables de la planeación y del ordenamiento a nivel municipal y departamental, además de potenciar la participación activa de las mujeres y comunidades étnicas que tradicionalmente han tenido baja incidencia en la definición de los instrumentos de planificación territorial, para lograr la construcción colectiva de una visión del territorio tomando en cuenta la oferta y el potencial natural, cultural y productivo, y generar capacidades, herramientas y espacios para transformar los conflictos sociales y ambientales generados por el uso del territorio, entonces, se acelerará la implementación a corto y mediano plazo, de los proyectos contenidos en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) a través de una adecuada integración en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) de los 8 municipios del Catatumbo y del PDOT del Departamento de Norte de Santander, como vehículos de implementación, utilizando criterios y metodologías que garanticen su sostenibilidad, así como el posicionamiento de los diversos agentes de cambio, especialmente en la gobernabilidad efectiva de las mujeres y comunidades étnicas, de manera que todos y todas en el Catatumbo puedan acceder a los beneficios en salud, educación, servicios públicos, producción agropecuaria, inserción a mercados y, en general, al desarrollo sostenible, aumentando el bienestar social y económico de las comunidades y disminuyendo las desigualdades, porque los instrumentos de ordenamiento territorial podrán adaptarse a las necesidades de uso del suelo, habilitación de equipamientos, promoción de la oferta ambiental, cultural y productiva, implementación de proyectos productivos sostenibles con un enfoque de género y étnico diferencial que busque la formación en habilidades territoriales para la toma de decisiones, lo cual es una determinante necesaria para activar los proyectos que las mismas comunidades han considerado prioritarios y que cuente con la participación de todos sus posibles beneficiarios, especialmente mujeres, niñas y personas LGBTIQ+.

Esto conducirá a promover el acceso a estos servicios básicos, promover la inversión pública y privada, la reactivación del campo, la productividad y, por ende, la inclusión de la región en la economía regional y nacional, creando a su vez oportunidades de empleo y desarrollo, como elementos básicos para la satisfacción de las necesidades de los habitantes, especialmente de las mujeres y comunidades étnicas, debido a su inclusión activa en el desarrollo e implementación de las 340 iniciativas por activar. Finalmente, se busca mejorar la presencia del Estado y el cierre de brechas entre el campo y la ciudad, además entre mujeres y hombres, especialmente para dar solución a las violencias basadas en género que se fundamentan en este factor, con la intención de mejorar significativamente la calidad de vida de los habitantes del Catatumbo, solucionando conflictos actuales, previniendo los futuros y garantizando la estabilización de la región y la construcción de paz desde el territorio.