Informe Global de Desarrollo Humano resalta que países ricos logran récord en Desarrollo Humano, mientras la mitad de los más pobres retroceden

13 de Marzo de 2024
Informe de Desarrollo Humano 2023-2024
  • El aumento de la polarización política y la desconfianza provocan una parálisis en cómo afrontar los desafíos mundiales.

  • Para Colombia, el Índice de Desarrollo Humano del Informe Global para el Desarrollo Humano 2024 propone como habilitadores avanzar en la construcción de paz territorial, en una gestión adecuada del cambio climático y en la protección del patrimonio natural.
     

Nueva York, 13 de marzo de 2024 – El progreso desigual en materia de desarrollo está dejando atrás a los más pobres, exacerbando la desigualdad y avivando la polarización política a escala mundial. Lo que deriva en un estancamiento que debe abordarse urgentemente mediante la acción colectiva, lo anterior es una de las conclusiones del Informe Global sobre Desarrollo Humano dado a conocer hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El Informe, "Romper el estancamiento: reimaginar la cooperación en un mundo polarizado", 2023/24 revela una tendencia preocupante y es el repunte del Índice de Desarrollo Humano (IDH) mundial —una medida resumida que refleja el ingreso nacional bruto (INB) per cápita, la educación y la esperanza de vida de un país— ha sido parcial, incompleto y desigual.

Se prevé que el IDH alcance máximos históricos en 2023 tras los fuertes descensos registrados durante 2020 y 2021. Pero este progreso es profundamente desigual. Los países ricos están experimentando niveles récord de desarrollo humano, mientras que la mitad de los países más pobres del mundo siguen estando por debajo de su nivel de progreso anterior a la crisis.

Las desigualdades mundiales se ven agravadas por una concentración económica sustancial. Como se menciona en el informe, casi el 40 por ciento del comercio mundial de bienes se concentra en tres o menos países; y en 2021, la capitalización bursátil de cada una de las tres empresas tecnológicas más grandes del mundo superó el Producto Interno Bruto (PIB) de más del 90 por ciento de los países ese año.

En Colombia, a pesar de la disminución tanto en la pobreza monetaria como en la multidimensional, los niveles de población en situación de pobreza y vulnerabilidad siguen siendo significativos. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 70 por ciento de la población colombiana es población pobre extrema, pobre o vulnerable (esto incluye a 18,3 millones de personas en pobreza monetaria, de las cuales 6,9 millones están en extrema pobreza. Además, 6,6 millones de personas están en situación de pobreza multidimensional, y 14,8 millones están en estado de vulnerabilidad).

La persistencia de esta problemática refleja una de las desigualdades más altas de la región, evidenciada por un índice GINI de 0.55. Además, este indicador, al ser analizado específicamente para mujeres, alcanza valores 1.3 veces superiores, destacando la brecha de género en el país.

Esta persistencia se atribuye a la escasa movilidad social en el país y al crecimiento dispar en el desarrollo humano entre el centro del país y las zonas costeras y fronterizas. Estas regiones no solo enfrentan una mayor vulnerabilidad socioeconómica, sino que también están más expuestas a las presiones ambientales planetarias como los regímenes de precipitaciones, el nivel del mar y la composición atmosférica.

El Índice 2024 analiza cómo en Colombia la divergencia en distintos ámbitos de Desarrollo Humano ha sido recurrente, incluso antes de la COVID-19, entre los territorios y las personas, y brinda recomendaciones para tender a una convergencia sostenible e inclusiva.

El director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner, explicó que la creciente brecha de Desarrollo Humano, revelada por el informe, muestra que la tendencia de dos décadas de reducción constante de las desigualdades entre las naciones ricas y pobres se está revirtiendo. “A pesar de que nuestras sociedades globales están profundamente interconectadas, nos estamos quedando cortos. Debemos aprovechar nuestra interdependencia, así como nuestras capacidades, para abordar nuestros desafíos existenciales y compartidos y garantizar que se cumplan las aspiraciones de las personas”.

Y agregó, “este estancamiento conlleva un importante costo humano. El fracaso de la acción colectiva para promover medidas sobre el cambio climático, la digitalización o la pobreza y la desigualdad no sólo obstaculiza el Desarrollo Humano, sino que también empeora la polarización y erosiona aún más la confianza en las personas y las instituciones de todo el mundo”.

El informe sostiene que el avance de la acción colectiva internacional se ve obstaculizado por una "paradoja de la democracia" emergente: mientras que 9 de cada 10 personas en todo el mundo respaldan la democracia, más de la mitad de los encuestados a nivel mundial expresan su apoyo a los líderes que pueden socavarla al eludir las reglas fundamentales del proceso democrático, según los datos analizados en el informe.

La mitad de las personas encuestadas en todo el mundo afirman tener un control nulo o limitado sobre sus vidas, y más de dos tercios creen que tienen poca influencia en las decisiones de su gobierno.

Colombia se mantiene en el grupo de los países con Alto Índice de Desarrollo Humano, a pesar de pasar de la posición 88 (0,752) en el 2021 a 91 (0,758) en 2022 de un total de 193 países. Sin embargo, al ajustar este Índice por desigualdad, el IDH cae a 0,568 comportamiento que sugiere que el Desarrollo Humano está altamente concentrado, debido a que en el país se presenta mayores ingresos en una baja proporción de la población y de las regiones.

El informe muestra que la polarización política también es una preocupación creciente en las repercusiones globales, junto con una sensación de impotencia que está alimentando enfoques políticos que se vuelven hacia adentro, lo que está en desacuerdo con la cooperación global necesaria para abordar problemas urgentes como la descarbonización de nuestras economías, el uso indebido de las tecnologías digitales y los conflictos.

Situación, según las conclusiones del informe, que son alarmantes a la luz de las temperaturas récord de 2023, que enfatizan la necesidad inmediata de una acción unida para abordar la crisis climática, o en el advenimiento de la inteligencia artificial como una frontera tecnológica nueva y en rápida evolución con pocas o ninguna barrera regulatoria.

En el informe se destaca que la desglobalización no es factible ni realista en el mundo actual y que la interdependencia económica sigue siendo elevada. Señala que ninguna región está cerca de la autosuficiencia, ya que todas dependen de las importaciones de otras regiones en un 25 por ciento o más de al menos un tipo importante de bienes y servicios.

"En un mundo marcado por una creciente polarización y división, dejar de invertir unos en otros plantea una grave amenaza a nuestro bienestar y seguridad. Los enfoques proteccionistas no pueden abordar los desafíos complejos e interconectados que enfrentamos, incluida la prevención de pandemias, el cambio climático y la regulación digital", enfatizó Steiner.

Y agregó "nuestros problemas están entrelazados y requieren soluciones igualmente interconectadas. Al adoptar una agenda impulsada por las oportunidades que enfatice los beneficios de la transición energética y de la inteligencia artificial para el Desarrollo Humano, tenemos la oportunidad de superar el estancamiento actual y reavivar un compromiso con un futuro compartido".

 

El informe propone cuatro áreas de acción inmediata:

  • El acceso a bienes públicos planetarios que permitan la estabilidad climática, mientras enfrentamos los desafíos sin precedentes del Antropoceno entendido como el impacto del hombre sobre la tierra;

  • Mayores bienes públicos globales digitales para lograr más equidad en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para un desarrollo humano equitativo;

  • Nuevos e innovadores mecanismos financieros con mayor alcance, incluida una vía novedosa de cooperación internacional que complemente la asistencia humanitaria y la ayuda tradicional al desarrollo para los países de bajos ingresos; y

  • Contrarrestar la polarización política a través de nuevos enfoques de gobernanza centrados en que las voces sean escuchadas en la deliberación y así minimizar la desinformación, ampliando el ejercicio de la democracia.

 

Para ver el informe completo haga clic acá o descargue el resumen aquí: