Educación de calidad

Apoyo estratégico a la educación de la República Dominicana

Sobre la iniciativa:

El nuevo marco de cooperación para el desarrollo firmado entre el Estado dominicano y el Sistema de Naciones Unidas en la República Dominicana para el período 2023-2027, ha definido entre sus prioridades de trabajo conjunto, apoyar la implementación de políticas y servicios de educación inclusiva, equitativa, de calidad, resiliente que: fomenten el aprendizaje y el desarrollo de habilidades desde la primera infancia y a lo largo del ciclo de vida, incluyendo el uso de herramientas digitales, y mejoren las oportunidades y los resultados educativos de todos los grupos de población, con igualdad y sin discriminación en todo el territorio.

En el marco de esta propuesta renovada, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), agencia de desarrollo de la ONU, y el Ministerio de Educación de la República Dominicana han firmado un acuerdo para fortalecer el sistema educativo nacional, expandir el alcance a una educación de calidad y optimizar las capacidades del Ministerio para ofrecer un servicio de calidad a la ciudadanía.

Objetivos:

Con este acuerdo, el PNUD acompañará al Ministerio de Educación en el cumplimiento de los propósitos establecidos del Plan Estratégico 2021-2024 del MINERD, y a avanzar la Reforma de la Calidad Educativa propuesta por el MINERD, contribuyendo a:

  • Mejoramiento sostenido de la calidad del servicio de educación, con el fin de garantizar al estudiantado una educación de calidad, equitativa e inclusiva

  • Participación social y ciudadanía activa, con el fin de empoderar a los actores educativos en la participación, diseño e implementación de políticas, programas y proyectos educativos

  • Fortalecimiento de los procesos internos y de gestión, con el fin de fortalecer la institucionalidad a partir de un modelo de gestión transparente, ético y de rendición de cuentas.

Además, la estrategia planteada apoyar el fortalecimiento del sistema educativo en la República Dominicana, a través de:

  • Acompañar la estrategia nacional de bilingüismo con la facilitación de herramientas tecnológicas de aprendizaje para la implementación de programas de inglés por inmersión.

  • Avanzar en el proceso de robustecimiento institucional del Ministerio de Educación para eficientizar y actualizar sus sistema de gestión interna y fortalecer su servicio a la ciudadanía

  • Avanzar la digitalización inclusiva de la estructura educativa con los estándares de la excelencia académica promovidos por el MINERD, y propiciar la democratización de un sistema educativo inclusivo, sostenible, integral y profesionalizador 

  • Fortalecer las competencias de los actores educativso en materia de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y cohesión social de la comunidad educativa

  • Promover la transversalización del enfoque de género, garantizando que el proyecto este beneficiando tanto a hombres como a mujeros, poniendo especial atención al cierre de brechas de género digitales, para fomentar un empoderamiento de las niñas y mujeres, y un avance en sus capacidades educativas para desarrollarse de forma plena en la sociedad.

Contexto:

La República Dominicana, coma país de renta media alta, ha ido exhibiendo logros en materia de crecimiento económico, acceso a servicios básicos, esquemas de protección social, y oportunidades de desarrollo en diversos sectores. 

En lo que respecta a los indicadores educativos, el país cerró la agenda del milenio con un desempeño mejorado en lo que respecta a la ampliación de la tasa neta de cobertura del nivel básico, al igual que la del nivel secundario. No obstante, con la entrada de la agenda 2030, es imperativo que el sector educativo dominicano doblegue sus esfuerzos para transitar hacia resultados contundentes relacionados con la calidad educativa, abordando temáticas soma la deserción, la eliminación de las barreras que existen para acceder a la educación, y garantizando una gestión eficiente y sostenible de la enseñanza que permita un retorno económico y social de la educación, ajustada las exigencias de la actualidad.

Con la llegada de la COVID 19, considerado uno de los más arduos desafíos internacionales del siglo XXI, el gobierno dominicano se vie obligado a tomar medidas para frenar la crisis sanitaria. En la República Dominicana, las decisiones acarrearon restricciones que no solamente obligaron a poner en riesgo los logros obtenidos en materia de desarrollo humano y reducción de la pobreza, sino que se generaron nuevos desafíos. Si bien el país se encuentra encaminado en la senda de la recuperación económica, mostrando resultados alentadores, se hace imperativo que el resto de los sectores realicen los esfuerzos necesarios para avanzar también en el logro de sus metas establecidas.

El PNUD y el Banco Mundial, con el fin de continuar monitoreando la manera en que la pandemia Covid-19 afectó el bienestar de los hogares de la región, se unieron en la implementación de una segunda fase de Encuestas telefónicas de Alta Frecuencia (HFPS) en América Latina y el Caribe. La encuesta, recopilada entre mayo y julio de 2021, toma el pulso socioeconómico de los hogares y mide el bienestar de la región un año y medio después de la pandemia. Los resultados de esta encuesta destacan lo siguiente:

  • Los indicadores de mercado laboral muestran un incremento y mejoría, pero el nivel de calidad del empleo y contratación disminuye.

  • A pesar de las ayudas gubernamentales, cerca de la mitad de los hogares todavía no han recuperado su nivel de ingresos prepandémico.

  • Las mujeres enfrentan mayores cargas que los hombres a la hora de acceder o conservar sus empleos.

Si bien todos los sectores se vieron afectados per el contexto pandémico, para el sector de la educación ha representado un desafío triple, pues significó el cierre prolongado de las escuelas, el encierro por las medidas de confinamiento y la pérdida de seguridad económica en sus hogares. 

La importancia de las escuelas y centros educativos es nuclear para el desarrollo de los estudiantes, pues no solamente es un espacio para la socialización, aprendizaje y diversión, sino también un espacio de protección; un espacio donde los estudiantes pueden sentir resguardada su seguridad física y mental (UNICEF, 2020, p. 18). 

Este triple desafío puede convertirse en un golpe que trascienda lo inmediato para afectar al futuro desarrollo de niños, niñas y adolescentes, ya sea por los índices de deserción y rezago escolar, la inseguridad alimentaria, el maltrato, afecciones de salud física y psicológica y, con consecuencias devastadoras para toda una generación.

En este contexto, fortalecer el sistema educativo y las capacidades nacionales para proveer una educación de calidad, inclusiva, con enfoque de igualdad de género, es esencial para garantizar y preservar el desarrollo humano sostenible del país.