NUEVA YORK – En un nuevo informe publicado hoy, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte sobre los impactos directos e indirectos de la guerra en Ucrania en el continente africano, lo que podría estancar aún más la trayectoria de desarrollo en África, que ya está significativamente comprometida por la crisis de la COVID-19.

El informe, titulado “El impacto de la guerra en Ucrania en el desarrollo sostenible en África”, refuerza los hallazgos del Grupo de Respuesta a la Crisis Global (GCRG) de que la guerra en Ucrania está impulsando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 y las aspiraciones de la Agenda de la Unión Africana 2063 fuera de alcance, así como también proporciona recomendaciones clave para las acciones que deben tomarse de inmediato para evitar nuevas crisis en el continente.

“África se enfrenta a una doble crisis con los efectos combinados de la guerra en Ucrania y de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, con alianzas estratégicas, la crisis presenta la oportunidad de volver a trazar la trayectoria de desarrollo del continente, rompiendo con un ciclo de dependencia”, afirma Achim Steiner, secretario general adjunto de las Naciones Unidas y Administrador del PNUD. “Es un momento clave para la acción. Es hora de intensificar los esfuerzos y replantear el financiamiento del desarrollo, fortalecer la resiliencia en las economías africanas y fomentar la transformación económica como un motor fundamental para el cambio en África”, finaliza Achim.

Según el informe, algunos de los impactos directos de la crisis en África incluyen la interrupción del comercio, aumento en los precios de los alimentos y combustibles, inestabilidad macroeconómica y desafíos relacionados a la seguridad. Los países africanos se ven particularmente afectados debido a su gran dependencia de las importaciones de Rusia y Ucrania.

El aumento actual en los precios de los alimentos y de los combustibles afecta directamente a todo el continente, incluidas las economías más grandes, ya que estos representan más de un tercio del índice de precios al consumidor en la mayoría de los países africanos (Nigeria 57 %, Egipto 60 %, Ghana 54 % y Camerún 42 %). En 2020, los países africanos importaron productos agrícolas de Rusia por un valor de USD 4.000 millones, de los cuales el 90 % era trigo.

Además, la guerra en Ucrania ha provocado un aumento del 21 % en el precio de los fertilizantes, lo que ha afectado a poblaciones africanas que siguen dependiendo principalmente de la agricultura. La escasez y las interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos y fertilizantes aumentarán el hambre en África. Los impactos de la escasez de fertilizantes afectarán la temporada de siembra de este año y se sentirán a lo largo del próximo año. El crecimiento de las exportaciones en el continente corre el riesgo de reducirse a la mitad y ahora se estima en un 4,1 % en 2022, frente al 8,3 % si no hubiese ocurrido la guerra.

“Los gobiernos africanos se quedan con finanzas limitadas para implementar respuestas políticas adecuadas y proteger a los grupos vulnerables al mismo tiempo que previenen la desestabilización social y económica”, dice Ahunna Eziakonwa, asistente del secretario general de Naciones Unidas y director de la oficina regional para África del PNUD. “En general, la guerra en Ucrania restringe la actividad económica y podría desencadenar más tensiones y disturbios sociales, que podrían tener ramificaciones regionales y globales. Se podrían tomar algunas medidas clave con urgencia para evitar lo peor”, señala Ahunna.

La guerra en Ucrania ya está provocando perturbaciones en los mercados financieros y un aumento de la aversión al riesgo entre los inversores podría desencadenar salidas de capital de los países africanos, lo que provocaría una depreciación de la moneda, una caída de los precios del mercado de valores y un aumento de las primas de riesgo de los bonos. Además, el aumento inminente de las tasas de interés mundiales puede empeorar la posición de la deuda de África, en particular para los países cuyos pagos de deuda vencen en 2022 y 2023. Asimismo, un aumento en las tasas de interés internas tendrá un efecto negativo tanto en los pagos del servicio de la deuda interna como en la capacidad de las pequeñas y micro empresas para endeudarse.

El nuevo informe del PNUD propone tres áreas principales de acción que podrían mitigar el impacto de la guerra en Ucrania sobre África:   

1. Priorizar los esfuerzos inmediatos para expandir el espacio fiscal en los países africanos y estabilizar las economías africanas a través de una mayor asistencia para el desarrollo, iniciativas multilaterales innovadoras, incluida la recanalización expedita de los Derechos Especiales de Giro (DEG) y el apoyo a programas que mejoran la movilización de recursos internos. 

2. Fortalecer la resiliencia de África a los shocks globales a través de la reducción de la dependencia, aceleración de una transición energética justa, reducción del riesgo de inversiones críticas en tecnología e infraestructura y la promoción de enfoques innovadores para el espíritu empresarial, particularmente para mujeres y jóvenes. 

3. Fomentar la transformación económica estructural en África aprovechando las tecnologías digitales e intensificando el apoyo a la integración regional y la diversificación económica. 

Además, el PNUD ha lanzando una nueva iniciativa de datos como parte de su plataforma Data Futures: un recurso global para empoderar a los tomadores de decisiones políticas con los mejores datos e ideas. El nuevo sitio ofrecerá a los usuarios la oportunidad de revisar el impacto de la guerra en Ucrania en el comercio mundial para diferentes países. Es también una herramienta de visualización que también permite a los usuarios explorar los datos comerciales de importación y exportación de Ucrania con otros países. 

El informe completo está disponible aquí (en inglés).

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