Sin igualdad de género, no hay erradicación de pobreza

1 de Agosto de 2019

En la región, solamente el 49% de las mujeres participan en el mercado laboral versus 76% de los hombres. Foto: PNUD Colombia

Ciudad de Panamá, 01 de 2019. – A pesar de los avances y los logros que se han alcanzado en materia de reducción de la pobreza y de la pobreza extrema en los últimos años la data indica que estos logros han sido profundamente desiguales manteniendo a las mujeres como uno de los grupos más afectados. A nivel mundial, los hombres aún poseen 50% más de la riqueza del mundo que las mujeres. 

En ese contexto, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en América Latina y el Caribe ha creado una propuesta para la revisión de las dimensiones e indicadores de los Índices de Pobreza Multidimensional (IMP) de los países de la región para que incorporen la perspectiva de género. La propuesta fue presentada por el PNUD junto a la Embajada de Francia en Panamá para su validación a más de 40 especialistas de más de 10 países de la región y la Oxford Poverty & Human Development (OPHI) durante la Reunión sobre el Índice de Pobreza Multidimensional y Género que lleva cabo entre el 1-2 de agosto en la Residencia de Francia en la Ciudad de Panamá. La inauguración contó con palabras de bienvenida de parte de la Ministra de Desarrollo Social de Panamá.

Las mujeres en América Latina y el Caribe se enfrentan a una mayor pobreza de tiempo e ingreso al igual que limitaciones de acceso y control de los activos productivos. En la región, solamente el 49% de las mujeres participan en el mercado laboral versus 76% de los hombres y el 54 % de las mujeres trabajan en el sector informal, con poca o nula protección social e ingresos más bajos. Adicionalmente mujeres en la región también dedican un promedio de tres veces más de tiempo que los hombres al trabajo no remunerado de cuidados y del hogar lo cual limita sus oportunidades. Esta propuesta busca analizar y medir la pobreza multidimensional de las mujeres, y se espera que los gobiernos puedan establecer políticas públicas centrándose en aquellas variables y barreras identificadas.

“En América Latina y el Caribe, las mujeres tienen una baja participación y representación en espacios de decisión que influencian sus vidas. A pesar de marcos legales que favorecen la paridad y la participación de las mujeres en la política, las mujeres en los parlamentos de América Latina solo representan el 28.8% y en el Caribe apenas llegan al 16.9%. Contar con un IPM con un componente de género nos ayuda a visualizar las privaciones específicas de las mujeres ya que nos brinda información pertinente que permite revertir las desigualdades de género a través del diseño e implementación de políticas públicas para abordar directamente las causas y barreras estructurales del empobrecimiento de las mujeres y así progresar sustancialmente en la consecución de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030”, resaltó Linda Maguire, Representante Residente del PNUD en Panamá.

Para que la Agenda 2030 se manifieste en plenitud es necesario promover el incremento en el número de mujeres con ingresos propios e implementar acciones que permitan un balance adecuado de la vida laboral, familiar y personal y que promuevan unas responsabilidades de cuidado equitativas entre mujeres y hombres, erradicando la pobreza en sus múltiples formas y favoreciendo la igualdad real para todas las personas. La igualdad de género no sólo es concebida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como un objetivo más, sino como un elemento transversal en toda la agenda.

“En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, hizo un llamado para que la igualdad de género se convierta en una mayor causa a nivel mundial, resaltando que las mujeres y las niñas son las primeras afectadas por la pobreza, los conflictos, las consecuencias del cambio climático y las primeras víctimas de la violencia de género y sexual. En su discurso, el presidente afirmó que nuestra responsabilidad en el siglo XXI es poner fin a esta violencia de género y ¡finalmente construir para ellas un mundo que se merecen!”, agregó Brice Roquefeuil, Embajador de Francia en Panamá sobre el compromiso de su país para la igualdad de género.

Durante la reunión se creó un espacio de intercambio con las personas tomadoras de decisión y especialistas de pobreza y de género para validar la incorporación de indicadores en el índice de pobreza multidimensional con enfoque de género con el fin de desarrollar medidas ajustadas en países de la región. En dicha reunión se establecieron los pasos a seguir con los países y la OPHI para avanzar en la inclusión de la perspectiva de género en los Índices de Pobreza Multidimensional a nivel regional.

“El 19.1% de la población panameña se encuentra en pobreza multidimensional y alrededor de 453,000 niños y niñas en situación de pobreza multidimensional… estos son los retos que tenemos por delante; parte de la importancia de estos espacios es que nos permiten contribuir con análisis estadísticos adecuados, incorporando ese enfoque de género, pero sobre todo incorporando la protección y el fortalecimiento de los derechos humanos de las mujeres” afirmó Markova Concepción, Ministra deDesarrollo Social de Panamá.

En la medida en que sean las mujeres y las niñas quienes cuentan con mayores tasas de pobreza, mayores vulnerabilidades económicas y mayores cargas de trabajo no remunerado, el principio rector de “no dejar a nadie atrás” apunta inevitablemente a la necesidad de abordar las desigualdades de género y empoderar a las mujeres y niñas como elementos centrales en la estrategia para lograr el desarrollo sostenible.

El enfoque de género en el análisis multidimensional de la pobreza busca crear una mirada completa de la pobreza en la región. Al tomar en cuenta los efectos e impactos adversos que dejan a unas u otros en situación de desventaja, un IPM con enfoque de género promueve la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres sin pasar por alto la discriminación de género que existe en los diferentes ámbitos en los que las personas en condiciones de pobreza se desenvuelven.