“Todo ha cambiado para siempre”.

ONU Desarrollo
4 min readSep 9, 2019
Los estudiantes de la escuela primaria Al Ribat disfrutan de sus nuevas instalaciones.

“No puedo describir con palabras lo que la música significa para mí. Te lo voy a explicar con sonido”, dice Zahra Al-Tabal, quién enseña en la escuela primaria Al Ribat en Trípoli. Ella toma el acordeón y toca una melodía intensa.

Fundada en 1969, la escuela Al Ribat fue construida para albergar a 600 estudiantes, sin embargo, desde 2011, los conflictos repetidos han desplazado a cientos de miles de personas, lo que trajo a nuevos estudiantes a la escuela. Las aulas se llenaron y no quedó espacio para las clases de música.

Zahra Al-Tabal ha enseñado en la escuela durante 34 años. Durante este tiempo, ni el conflicto ni la falta de mantenimiento de los edificios la han hecho perder el impulso de dar a sus alumnos la mejor educación musical que puede.

En los últimos años, esto ha significado enseñar en cualquier espacio que puede encontrar.

“Algunas veces enseñé a los estudiantes en una librería y otras veces en los pasillos. Nada me impidió a mí y a los estudiantes practicar. Su pasión los ayudó a ganar el primer premio en competencias llevadas a cabo en el distrito”, dice con orgullo.

El Centro de Trípoli es un municipio que enfrenta enormes desafíos para recibir al creciente número de personas que han llegado ahí a raíz de la inseguridad. Más de 160.000 ciudadanos viven allí ahora, lo que dificulta a las autoridades locales garantizar un ambiente de aprendizaje adecuado en las 65 instalaciones de educación básica y secundaria.

“Nosotros, las autoridades locales, tenemos capacidad limitada para mantener las instalaciones educativas, especialmente debido a la inestabilidad que hay en el país y el aumento de los costos”, dijo Sara El-Noumi, Subsecretaria del municipio.

El equipo de administración de la escuela decidió expandirse mediante la construcción de nuevos cuartos en el piso superior. Obtuvieron el apoyo de la comunidad local, que contribuyó financieramente a la construcción.

“Los padres, los maestros y toda la comunidad hicieron el esfuerzo de mejorar las condiciones de aprendizaje de nuestros hijos”, dijo Mohamed Wahiba, Director de la escuela. “Estábamos tratando no solo de proporcionar lecciones educativas, sino también de mejorar la motivación, la autoconfianza y la disposición a estudiar de los estudiantes”.

Desafortunadamente, sus esfuerzos no fueron suficientes, y para la comunidad la rehabilitación siguió estando frustrantemente incompleta.

El Servicio de Estabilización para Libia (SFL, por sus siglas en inglés), el cuál fue implementado por el PNUD, intervino para apoyar a los estudiantes y profesores, y finalizar la construcción.

Dirigido por instituciones libias nacionales y municipales, se construyeron dos aulas, un laboratorio de ciencias y un espacio para actividades extracurriculares.

Antes y después de la rehabilitación de la escuela Al Ribat.

Financiado por una amplia coalición de donantes internacionales, El Servicio de Estabilización para Libia (SFL), está diseñado para proporcionar una rehabilitación rápida de infraestructura crítica y entregar equipos vitales a las autoridades locales. Comenzó en 2016 con un presupuesto de más de US $61 millones. Con más de 285 proyectos de inversión en siete ciudades, ha beneficiado a más de dos millones de personas hasta el momento.

El trabajo realizado en la escuela Al Rabat fue apoyado por las autoridades locales y los representantes de las instituciones educativas del Municipio del Centro de Trípoli.

“Todos los proyectos escolares del Servicio de Estabilización para Libia (SFL) en el centro de Trípoli se completaron a tiempo, cumpliendo con altos estándares internacionales. Han contribuido a mejorar el ambiente de aprendizaje para nuestros estudiantes”, dijo Sara El-Noumi.

Los maestros están encantados con las mejoras en su escuela, que sin duda ayudará al rendimiento académico y moral de sus alumnos.

“Estamos muy agradecidos por este apoyo, el cuál seguramente beneficiará el proceso de aprendizaje de los estudiantes. El laboratorio de ciencias definitivamente mejorará la educación en la escuela”, dice Mohammed, un maestro.

Zahra solo está agradecida de que sus días de enseñanza en los pasillos hayan terminado.

“Durante todos esos años, mi gran deseo era entrenar a mis alumnos en un aula de música adecuada en la escuela”, dice ella. “No puedo describir lo feliz que estoy de tener finalmente este espacio. Todo ha cambiado para siempre”.

“No puedo describir con palabras lo que la música significa para mí” dice la profesora de música, Zahra Al-Tabal.

Texto y fotos: PNUD Libia

  

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