La lucha contra la COVID-19 en Asia meridional

ONU Desarrollo
6 min readJun 25, 2021
Una distribución de alimentos de respuesta de emergencia COVID-19. El PNUD está trabajando con sus socios en Bangladesh, Pakistán, India, Nepal, Bután y Sri Lanka para reunir los recursos necesarios para prevenir más muertes y sufrimientos innecesarios. Foto: PNUD Bangladesh / Fahad Kaizer

Las disparidades socioeconómicas y sanitarias creadas por la pandemia de la COVID-19 están ampliando aún más las brechas entre los ricos y los pobres.

Mientras que los países acaudalados avanzan en sus programas de vacunación y comienzan a dejar atrás los confinamientos, una segunda y mortífera ola del virus, cuyas nuevas variantes son más contagiosas y peligrosas, está asolando a Asia meridional y, en muchos casos, ha sobrepasado los esfuerzos de contener y prevenir la enfermedad.

El PNUD está trabajando con sus socios en Bangladesh, Bután, la India, Nepal, Pakistán y Sri Lanka a fin de reunir los recursos necesarios para evitar más muertes y sufrimientos innecesarios.

Debido a que las repercusiones socioeconómicas de la pandemia se han extendido mucho, un aspecto fundamental del apoyo del PNUD radica en ampliar la protección social y trabajar con sus socios para proteger y promover el empleo y apoyar a los trabajadores esenciales de la primera línea de respuesta.

En la India, el PNUD está trabajando con el Ministerio de Salud y Bienestar Familiar y con los gobiernos estatales para garantizar el suministro ininterrumpido de oxígeno, en particular en las zonas remotas. En asociación con el Gobierno del Japón, el PNUD está construyendo ocho plantas de generación de oxígeno en los estados nororientales de Meghalaya, Nagaland y Tripura. Gracias a estas plantas, que utilizan la tecnología de adsorción por inversión de presión, esta ampliación en la capacidad de suministro permitirá abastecer a unas 1.300 camas de hospital.

El PNUD también está participando en la India en la enorme tarea de capacitar al personal en el uso del sistema Co-WIN (Winning over COVID), un programa informático que permite efectuar un seguimiento individualizado de la campaña de vacunación contra la COVID-19, una iniciativa dirigida en particular a quienes no están acostumbrados a participar en los programas rutinarios de inmunización.

La COVID-19 creó un nuevo contexto operativo para las empresas en Sri Lanka. Para el taller de manualidades de Selyn, la pandemia fue una prueba de resiliencia. Dado que las consecuencias socioeconómicas de la pandemia son generalizadas, una parte clave del apoyo del PNUD consiste en ampliar la protección social y trabajar con socios para proteger y crear puestos de trabajo. Foto: PNUD Sri Lanka / Ruvin De Silva
El PNUD ha estado involucrado en la gigantesca tarea de capacitar al personal sobre el uso del software Co-WIN (Ganar al COVID), para el seguimiento individualizado de la vacunación COVID-19. Foto: PNUD India / Biju Boro

Más de 8.500 trabajadores a nivel de distrito y más de 70.000 participantes han recibido capacitación. A nivel de subdistrito, entre ellos más de 1.900 del sector privado.

Las naciones de la región que más dependen del turismo, como Nepal, Bután y Sri Lanka, enfrentan desafíos singulares.

La COVID-19 ha golpeado a Nepal en varios frentes. Además del colapso de su sector turístico, el país no cuenta con suficientes recursos para tratar la enfermedad, y muchos de sus ciudadanos que trabajaban en el extranjero han tenido que regresar a casa, donde carecen del dinero que necesitan para cubrir sus necesidades y las de sus familias.

Mediante su respuesta en Nepal, el PNUD apoya al sistema de salud, entre otras cosas mediante su asistencia a los centros de cuarentena y la entrega de robots de reparto para ayudar a los trabajadores de la primera línea de respuesta, además de brindar asesoramiento y capacitación en materia de gestión de crisis.

Hasta las mejoras simples en la infraestructura para los lugareños que han debido regresar a sus hogares porque se han quedado sin empleo pueden duplicar los beneficios, facilitándoles un poco la vida a quienes luchan por alimentar a sus familias y generando el empleo que tanto se necesita.

“Usé los jornales diarios que gané durante la construcción de este camino para comprarle medicinas a mi esposo”. — Ijhi Maya, habitante de un pueblo de Nepal.

A medida que los distritos de Nepal que limitan con la India empezaron a recibir grandes cantidades de migrantes que regresaban al país, las autoridades locales pidieron ayuda para realizar las pruebas de detección de la COVID-19. La oficina del PNUD en Nepal proporcionó 22.000 kits de pruebas rápidas de antígenos y está brindando servicios de transporte seguro a los centros de cuarentena para quienes han tenido resultados positivos.

PNUD RR Ayshanie Medagangoda Labe entrega kits de prueba rápida de antígenos al Dr. Dipendra Raman Singh, Director General del Departamento de Servicios de Salud. Al evento asistieron el Dr. Bhim Singh Tinkari, Director de la División de Gestión, Departamento de Servicios de Salud y el Sr. Upendra Dhungaga, Jefe de la Sección de Gestión de Logística. Foto: PNUD Nepal

Gracias a la rapidez y eficacia de su respuesta inicial, Bután ha logrado evitar las peores consecuencias de salud del coronavirus, pero quienes trabajan en la industria del turismo, y en particular en el sector informal, se han visto gravemente afectados por los confinamientos.

El PNUD está apoyando al Gobierno a medida que se embarca en un programa multifacético de recuperación, que incluye fomentar el espíritu emprendedor y la creación de empleo, trabajar con los grupos marginadosapoyar a las víctimas de la violencia de género, avanzar hacia un modelo económico más verde para el país — que promueva un mayor uso de la energía solar — , capacitar a quienes trabajan en el sector del turismo y actualizar sus destrezas, y mejorar la seguridad alimentaria animando a los agricultores del país a producir más cultivos.

También ha trabajado con el gobierno en el desarrollo del sistema de vacunas de Bután, además de un esfuerzo similar en India e Indonesia.

Loday Wangmo es una beneficiaria del Fondo de Apoyo II de Loden-PNUD COVID-19. El apoyo le ha permitido abrir Zangden’s Flower, un negocio que fabrica flores con materiales de desecho. Foto: PNUD Bután

Este apoyo ha ayudado a obtener equipo de informática para ayudar a los sanitarios que han sido capaces de vacunar a más del 93% de adultos elegibles y también ha capacitado a más de 1.100 sanitarios en cómo registrar y evaluar a los pacientes, así cómo realizar informes de seguimiento.

La COVID-19 no solo ha puesto en riesgo las vidas del pueblo paquistaní, sino que también ha amenazado a las estructuras sociales y económicas del país. Más de 27 millones de pakistaníes trabajan en el sector informal, que representa una parte importante de la economía nacional. Son personas que necesitan ayuda urgente para sostener a sus familias

Los programas del PNUD están ayudando a los pakistaníes a llevar comida a la mesa, en particular en las comunidades marginadas. Los paquetes de alimentos esenciales también incluyen mascarillas y desinfectante de manos.

El trabajo en remoto, que durante la pandemia ha adquirido una enorme importancia, ha sacado a la luz las disparidades que ocasiona la brecha digital. El PNUD colaboró con el Gobierno de Bangladesh para facilitar el acceso de los funcionarios públicos a esta modalidad de trabajo, en particular en el ámbito judicial, donde pudieron tramitarse las solicitudes de libertad bajo fianza sin que las personas tuvieran que comparecer ante el tribunal. Las empresas también tuvieron que adaptarse rápidamente. El PNUD trabajó con más de 5.000 pequeñas empresas que debieron ajustarse a las nuevas normas digitales.

Más de 27 millones de paquistaníes trabajan en el sector informal y representan una parte importante de la economía nacional. Foto: PNUD Pakistán

En lo que definieron como el “momento Chernobil” del siglo XXI, las autoras del informe independiente encargado por las Naciones Unidas, la expresidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, y la ex primera ministra de Nueva Zelanda y exadministradora del PNUD, Helen Clark, señalan que la pandemia ha resaltado la fragilidad e interconexión de nuestro planeta. Tras describir a la COVID-19 como “la peor crisis sanitaria y socioeconómica de que se tiene memoria” y “una catástrofe a todos los niveles”, el informe dice que debemos esforzarnos para que no haya más pandemias. Ofrece una serie de recomendaciones para establecer un sistema completo y equitativo de preparación y respuesta frente a las pandemias que proteja a todas las personas.

La COVID-19 ha puesto de relieve prácticamente todas las dimensiones de la desigualdad, como lo demuestra el hecho de que menos de una de cada 100 personas en los países de ingreso más bajo ha recibido la primera dosis de la vacuna, mientras que quienes residen en los países más pobres y trabajan en contextos de elevada informalidad prácticamente no acceden a las redes de seguridad social. El PNUD seguirá centrando su labor en garantizar que los más vulnerables reciban el apoyo que necesitan para sostenerse durante la pandemia y en diseñar sociedades presentes y futuras que sean perdurables y equitativas y contribuyan al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Mientras Bután piensa en una economía más verde para el país, que implica más energía solar, el sistema piloto fotovoltaico solar montado en la red de 180 KW que se está instalando en Rubesa, distrito de Wangdue Phodrang, el PNUD está apoyando el proyecto piloto, ubicado en el Parque Eólico, con financiamiento del Gobierno de Japón. Foto: PNUD Bután

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