La justicia fuera de los tribunales: soluciones locales que marcan la diferencia

17 de Septiembre de 2025
Photograph of a student writing at a desk in a classroom, wearing a patterned headscarf.

Cuando los tribunales y otras instituciones formales están lejos o resultan demasiado costosos, los mecanismos consuetudinarios e informales permiten que las personas accedan a la justicia.

Foto: PNUD Yemen

Más de cinco mil millones de personas (en inglés) , unas dos terceras partes de la población mundial, carecen de acceso significativo a sistemas de justicia formales. Sin embargo, la justicia no siempre es impartida por los tribunales. En aldeas remotas, o en zonas en que las tradiciones y costumbres definen el estilo de vida, incluidas las comunidades afectadas por crisis o conflictos, las personas suelen recurrir a ancianos, líderes religiosos, grupos de mujeres o mediadores locales. Estos agentes comunitarios escuchan, negocian y ayudan a resolver los problemas de formas que son familiares, accesibles y culturalmente arraigadas, y ofrecen soluciones en idiomas locales.  

Las vías de justicia consuetudinaria e informal plantean retos. Pueden reflejar y reforzar las desigualdades existentes, en particular para las mujeres y los grupos marginados. Las cuestiones relacionadas con la equidad, la rendición de cuentas y la armonización con las normas de derechos humanos siguen siendo acuciantes. Sin embargo, para muchas personas, recurrir a ancianos, mediadores y otros interlocutores locales es la única forma de acceder a la justicia, especialmente cuando las vías de la justicia formal están alejadas y son costosas o simplemente inalcanzables. 

Reconociendo tanto las posibilidades como las dificultades, en el PNUD colaboramos con gobiernos, la sociedad civil, asociados internacionales y comunidades locales para apoyar los sistemas de justicia consuetudinaria e informal impartiendo justicia que defiende los derechos y la dignidad de todas las personas. 

En Somalia, más del 95 % de las controversias son resueltas por los ancianos tradicionales utilizando el xeer, el centenario sistema jurídico consuetudinario del país. Los ancianos ayudan a resolver disputas sobre tierras o conflictos entre clanes, desempeñando un papel central en la gobernanza y la consolidación de la paz. Por conducto del Programa Conjunto Correccional y de Justicia (en inglés), financiado por la Unión Europea y el Reino de los Países Bajos mediante el Fondo Conjunto para Somalia, en el PNUD hemos capacitado a ancianos, así como a mujeres y jóvenes, dotándolos de conocimientos y herramientas de comunicación no violenta, resolución alternativa de controversias y protección de derechos e involucrándolos en iniciativas participativas e inclusivas de consolidación de la paz, reconciliación y mediación. La labor se ajusta a la Estrategia Nacional para el Sector de la Justicia de Somalia y tiene por objeto mejorar la conexión entre la justicia consuetudinaria e informal y las instituciones formales para construir un sistema judicial que funcione para todos. 

Person in a blue hooded cloak speaking into a microphone at an outdoor event.

Halima Ahmed Said emplea sus habilidades de comunicación no violenta para mediar en conflictos familiares y vecinales.

Foto: PNUD Somalia

En su fase inicial, el Programa Conjunto Correccional y de Justicia apoyó la creación de centros de resolución alternativa de conflictos en todos los estados miembros federales para aumentar el acceso a la justicia de los grupos marginados, en particular las mujeres. Halima Ahmed Said, Vicepresidenta del Comité de Mujeres de Dhusamareb, se convirtió en una experta en comunicación no violenta, herramienta que ella considera poderosa para transformar los conflictos en vínculos, especialmente cuando se trata de disputas dentro de las familias y los vecindarios.  

“A medida que desentrañábamos su dolor, quedó claro que ambas familias anhelaban lo mismo: respeto, comprensión y paz en el hogar. Cuando se sintieron escuchadas, su ira se redujo. Al final, no solo se perdonaron unos a otros, sino que acordaron medidas para avanzar juntas. Esta experiencia me recordó el carácter esencial de las mujeres en la consolidación de la paz en nuestras comunidades", cuenta Halima.

A través del Programa Conjunto de Mujeres, Paz y Protección (en inglés) de las Naciones Unidas, financiado por el Fondo para la Consolidación de la Paz y el Fondo Conjunto para Somalia, Fatuma Ali Iman participó en actividades de promoción de la paz liderada por mujeres en el distrito de Baidoa (Somalia). En esta región, en que la rivalidad política provocó violentos enfrentamientos, la Red de Mujeres por la Paz estaba realizando una campaña para que el partido gobernante y la oposición se sentaran a la mesa de negociaciones. Se trata de una de las 17 redes de mujeres que hay en todo el país.  

"Por ser una red comunitaria, nuestro objetivo siempre ha sido empoderar a las mujeres de Baidoa para que desempeñen un papel activo en la consolidación de la paz", explica Fatuma. "Esto ha tenido un increíble efecto dominó. Las mujeres ahora participan activamente en los consejos locales y suelen ser el primer punto de contacto en la prevención y resolución de conflictos. Nuestra participación ha fomentado una cultura de paz y cooperación, lo que demuestra que los esfuerzos de base liderados por mujeres son esenciales para la estabilidad de toda la comunidad", finaliza.  

Photo: Group of women in colorful hijabs sit outdoors; one writes in a notebook.

Fatuma Ali Iman trabaja para empoderar a las mujeres y fomentar su participación activa en la construcción de la paz.

Foto: PNUD Somalia

En Burundi, los líderes comunitarios, conocidos como notables collinaires, que tienen autoridad judicial limitada en asuntos civiles, ayudan desde hace mucho tiempo a mediar en las controversias locales. En 2024, en el PNUD empoderamos a más de 320 de estos líderes, entre ellos 100 mujeres, fortaleciendo sus competencias en la resolución pacífica de conflictos y fomentando el acceso a la justicia en las zonas rurales. 

En Bangladesh, Khadija Begum, una mujer de Putia Union, Shibpur Upazila, en Narsingdi, recurrió a un tribunal (en inglés) de aldea cuando un vecino se negó a devolverle un préstamo.

"La justicia que obtuve a través del tribunal de aldea en solo 22 días nunca se habría podido lograr por otro medio", comenta Khadija.


Ella recuperó el dinero, compró una vaca y mejoró sus medios de vida. Los tribunales de aldea accesibles y asequibles se hicieron realidad en más de 4.450 union parishads (consejos) de Bangladesh gracias a nuestra iniciativa conjunta (en inglés) con el Gobierno y la Unión Europea.  

En el distrito del Bazar de Cox (Bangladesh), reactivamos los foros de mediación de seis consejos, que resolvieron más de 160 controversias en 2024. Se impartió capacitación a más de 200 mujeres, 45 de las cuales recibieron formación especializada en enfoques sensibles a las cuestiones de género y la violencia de género. 

Photograph of two veiled women at a table; one signs a document.

Desde el PNUD brindamos apoyo a mediadoras y asistentes legales en el Yemen, donde el 80 % de los conflictos se resuelven mediante mecanismos consuetudinarios e informales.

Foto: PNUD Yemen

En Myanmar, nuestra Iniciativa de Resolución Colaborativa de Controversias prestó apoyo a 59 aldeas de 24 municipios en 2024. En alianza con organizaciones de la sociedad civil, recibieron formación más de 1.200 personas en métodos basados en la comunidad de mediación y resolución de conflictos. Esto contribuyó a reducir las tensiones y a crear espacios de justicia más seguros e inclusivos para las mujeres y los grupos marginados.  

En el marco del conflicto en el Yemen, las mujeres luchan por acceder a derechos fundamentales, como la oportunidad de estudiar, trabajar y obtener justicia. Dado que el 80 % de las controversias en el Yemen se resuelven mediante mecanismos comunitarios, en el PNUD empoderamos a las mediadoras y asistentes jurídicas para que prestaran servicios a través de estas redes consuetudinarias e informales. Tan solo en 2024, las mediadoras y asistentes jurídicas resolvieron más de 1.300 controversias en la comunidad, principalmente de índole familiar, en colaboración con organizaciones locales de la sociedad civil como la Fundación Youth Horizon, lo que convirtió a esta iniciativa en una ayuda fundamental para las personas más necesitadas.

Además, en el PNUD fortalecimos la cooperación entre la sociedad civil y el Gobierno, lo que permitió que las plataformas comunitarias desempeñaran un papel reconocido al impartir una justicia centrada en las personas.

"El Yemen cuenta ahora con 160 trabajadores de justicia comunitaria, más de la mitad de ellos mujeres, integrados en comisarías de policía y tribunales locales. Las asistentes jurídicas reciben casos no solo de miembros de la comunidad, sino también de comisarías, tribunales locales y prisiones, lo que contribuye a reducir la carga de trabajo de las instituciones formales del estado de derecho", explica el juez Abdulkarim Ba Abad, Viceministro de Justicia del Yemen.

 

En junio de 2025, como actividad paralela del Foro Mundial de la Justicia, desde el PNUD nos sumamos a un grupo de socios para organizar en conjunto en Varsovia una reunión mundial (en inglés) sobre el fortalecimiento de las vías hacia una justicia consuetudinaria e informal centrada en las personas, con el fin de poner de relieve el papel de los sistemas consuetudinarios e informales en la administración de justicia para todas las personas. El evento puso en marcha una campaña mundial de promoción, reforzando el mensaje de que la justicia debía ser inclusiva y accesible y estar arraigada en la realidad de la vida de las personas. Estas innovaciones estratégicas en materia de justicia consuetudinaria e informal, realizadas en colaboración con asociados nacionales, han sido posibles gracias al apoyo de los Gobiernos de Alemania y los Países Bajos.