La juventud ofrece a sus comunidades inmunidad contra la discriminación, el odio y la conflictividad.

10 de Mayo de 2021

Todos hemos pasado por etapas de pánico, escepticismo, incertidumbre y tristeza durante la pandemia por COVID-19. Hemos visto como la enfermedad no discrimina a nadie. Hemos visto como la pandemia ha desencadenado una serie de desafíos para los sistemas de salud, para la economía mundial y local, como se han desencadenado discursos de odio y xenofobia, fomentando el miedo, la violencia y la conflictividad. ¿Cómo ha afectado esta crisis a la juventud? La población más vulnerable ante el virus es la población de la tercera edad, así como población con enfermedades preexistentes. Sin embargo, existen poblaciones vulnerables a las que el impacto de esta pandemia ha llegado de manera diferenciada, como lo son los y las jóvenes. Hemos llamado a las juventudes a expresarse y su voz nos inspira para la acción.

Utilizando tecnología y herramientas digitales, cuidando siempre de no dejar a nadie atrás, hemos consultado a más de 2,000 jóvenes a nivel nacional sobre su percepción sobre los efectos que el COVID-19 ha tenido en su entorno inmediato, en la manifestación de los conflictos y problemas que surgen derivados del estigma, discriminación y discursos de odio para identificar aquellas situaciones que aceleran la escalada de conflictos entre las personas y las comunidades y que agravan la crisis derivada del COVID-19. La mayoría de jóvenes participantes en esta consulta indicaron tener entre 18 y 24 años de edad y ser mujeres. Alrededor de 4 de cada 10 jóvenes participantes se autoidentificó como parte de los pueblos indígenas en el país (maya o garífunas).

Ocho de cada diez jóvenes identificaron al menos un conflicto social en sus comunidades desde que inició la pandemia. Los principales tipos de conflicto identificados por las juventudes fueron desacuerdos y violencia entre miembros de la comunidad; discriminación contra personas infectadas; violencia doméstica; violencia entre comunidades y autoridades públicas; conflictos por el acceso a servicios básicos (agua, transporte, mercados). Las principales causas de conflicto identificadas por los y las jóvenes fueron la falta de recursos económicos para cubrir las necesidades básicas y la desinformación sobre COVID-19. Otras causas identificadas incluyeron la falta de liderazgo institucional y organización comunitaria y la fala de datos y estadísticas confiables sobre la pandemia en el país. Para jóvenes indígenas, la desinformación, la confusión sobre los lineamientos brindados por el Gobierno para el manejo de COVID-19 y el acceso limitado a servicios básicos fueron las principales causas de conflicto en sus comunidades.

Seis de cada diez jóvenes perciben que los niños, las niñas y las mujeres jóvenes son las poblaciones más afectadas por la violencia doméstica ocurrida durante los períodos de confinamiento. Asimismo, seis de cada diez jóvenes percibieron discriminación y xenofobia hacia personas infectadas por COVID-19, migrantes, personas de la tercera edad, extranjeros y personas con discapacidad. En este contexto, las juventudes han mostrado su determinación para mostrar solidaridad. Para contribuir a afrontar las divisiones discursos de odio, xenofobia y discriminación percibidos en el contexto de la pandemia, los y las jóvenes consideran necesario el desarrollo e implementación de planes comunitarios o municipales de recuperación, los cuales deben ser diseñados con la participación de las poblaciones más afectadas con el objetivo de generar resiliencia y mitigar los conflictos sociales.

Otras iniciativas que han sido propuestas por las juventudes para fortalecer la inmunidad de las comunidades contra los discursos de odio y discriminación son acciones cotidianas que fomenten la solidaridad y empatía y el uso de las redes sociales para difundir mensajes de convivencia pacífica, desmentir mitos y enfrentar el estigma.

Por ello, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha decidido abordar la crisis con los y las jóvenes como socios estratégicos, invitando a una plataforma de 15 organizaciones juveniles para movilizarse y sumarse a la iniciativa #SoyParteDeLaSolución para prevenir conflictos y construir con las juventudes una sociedad inclusiva, segura, pacífica y resiliente.

Escrito por:

María José De León Pellecer

Encargada de Monitoreo y Evaluación de Proyectos

Área Gobernabilidad Democrática