Primer Período Ordinario de Sesiones de la Junta Ejecutiva del PNUD 2021

Declaración del Administrador del PNUD

2 de Febrero de 2021

 

Tal como se preparó para ser pronunciada. 

1.         Señora Presidenta, miembros de la Junta Ejecutiva, colegas y amigos. Es para mí un gran placer estar hoy con ustedes en la primera reunión ordinaria de 2021 de la Junta Ejecutiva de PNUD/UNFPA/UNOPS.

2.         Permítanme empezar por felicitar a Su Excelencia Sra. Lachezara Stoeva, Representante Permanente de Bulgaria, por su elección como Presidenta de la Junta y dar la bienvenida a los nuevos miembros de la Mesa para 2021.

3.         Me gustaría expresar mi gratitud a los miembros salientes de la Mesa En particular, quiero dar mi más sentido agradecimiento al Presidente saliente, Su Excelencia Sr. Walton Webson, Representante Permanente de Antigua y Barbuda, por su inquebrantable liderazgo y dirección.

4.          Al iniciarse este nuevo año, damos la bienvenida también a los nuevos miembros del equipo directivo de la familia del PNUD: Sra. Khalida Bouzar como nueva Subsecretaria General y Directora de la Dirección Regional de los Estados Árabes del PNUD, que se unirá a nosotros a mediados de febrero, y Sra. Preeti Sinha como nueva Secretaria Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización.

5.          Asimismo, algunas de las caras ya conocidas asumirán nuevas funciones directivas: Sr. Toily Kurbanov es el nuevo Coordinador Ejecutivo de Voluntarios de las Naciones Unidas, y Sr. Abdoulaye Mar Dieye asumirá el cargo de Coordinador Especial para el Desarrollo en el Sahel. Sé que todos ustedes se unen a mí en extender a nuestros colegas una calurosa bienvenida y en expresarles nuestra felicitación por sus importantes nombramientos.

Una emergencia para el desarrollo

6.          Señora Presidenta, Excelencias, iniciamos este nuevo año en medio de un emergencia para el desarrollo. Como queda patente en la edición del 30o aniversario de nuestro Informe sobre Desarrollo Humano “La próxima frontera: el desarrollo humano y el Antropoceno”, la pandemia de COVID-19 constituye la crisis más reciente a la que se ha enfrentado al mundo, pero a menos que los humanos moderemos las presiones que ejercemos sobre el planeta, no será la última crisis a la que nos enfrentemos.

7.          Por primera vez en 30 años se pronostica un retroceso en el desarrollo humano a nivel mundial. Los gobiernos y los socios del desarrollo en todo el mundo tienen dificultades por contener la propagación de la COVID-19; responder a la crisis económica sin precedentes creada por la pandemia; y combatir los ataques, nuevos y ancestrales, contra los derechos humanos, la igualdad de género, la cohesión social y el Estado de Derecho.

8.          Un innovador estudio realizado por el PNUD en colaboración con la Universidad de Denver aporta datos preocupantes. A menos que actuemos ya, en 2030 podría haber 1.000 millones de personas viviendo en situación de pobreza extrema, de las que la cuarta parte sería a consecuencia de la pandemia. En estos momentos, la mitad de la población mundial tiene problemas para cubrir sus necesidades básicas sin recurrir a medidas sociales de protección, como seguros de desempleo o asistencia médica, una consecuencia de las economías no equitativas y “despegadas” de las personas.

9.          Además, la crisis climática está empeorando, ya que 2020 ha sido el año más caluroso —y los últimos siete años los más calurosos— desde que existen registros modernos. Aunque en 2020 se produjo una bajada temporal de las emisiones de carbono cuando el mundo se puso en “pausa”, existe el riesgo real de una peor reconstrucción por invertir la mayoría de los estímulos económicos en proyectos intensivos en capital y en combustibles fósiles.

10.          Incluso esta misma semana nos topamos con el recordatorio de que todavía no hemos alcanzado el pico de casos y muertes por COVID-19 en el mundo; nuestros calendarios están suspendidos entre la promesa que ofrecen las nuevas vacunas y la certeza de que el sufrimiento humano continuará.

La tormenta perfecta

11.          Excelencias, Señora Presidenta, ante los efectos de la COVID-19, la desigualdad, y la crisis climática, iniciamos 2021 en el ojo de una tormenta perfecta. Mientras se procede a la distribución de las vacunas y observamos la amenaza de una crisis de deuda, es preciso estar unidos en la convicción de que los países en desarrollo simplemente no pueden permitirse perder una década —nadie puede—.

12.          En teoría, las pandemias suelen ser niveladoras: cualquiera puede contagiarse con un virus. En la práctica, la pobreza, la desigualdad, y la marginalidad han provocado impactos enormemente diferenciados. Según un sondeo rápido del FNUDC, el 88 por ciento de las empresas pequeñas y medianas en los países menos adelantados (PMA) han reducido de manera sustancial sus actividades. En Etiopía, por ejemplo, las mujeres representan el 80 por ciento de la fuerza de trabajo en dos de los sectores más afectados —turismo y hotelería— y han sufrido el mayor impacto en forma de pérdida de puestos de trabajo. Asimismo, la COVID-19 ha provocado la denominada “pandemia en la sombra” por el aumento de la violencia contra las mujeres, que en algunos países ha incrementado un 30%.

13.          Ante las severas restricciones del transporte aéreo internacional y la alteración en las cadenas globales de suministro, hay países que, de la noche a la mañana, han pasado de ser países de ingresos medios a países “sin ingresos”. Varios pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) se enfrentan a la mayor contracción de PIB de su historia (por ejemplo, se prevé que la economía de Fiji sufrirá una contracción del 20 por ciento) lo que refuerza la necesidad de ir más allá de los ingresos en términos de medir la vulnerabilidad.

14.          Mientras todas las miradas estaban puestas en la pandemia, algunos conflictos prolongados  han empeorado y han surgido otros nuevos. En Yemen, tres millones de personas más que el año pasado se enfrentan a la posibilidad de morir de inanición en la primera mitad de 2021, y las proyecciones muestran que más de la mitad de la población se encuentra al borde de la hambruna. La capacidad de países como estos para absorber más conmociones es muy limitada. En 2020 hubo más desplazados en todo el mundo a causa de los conflictos y las crisis que en cualquier otro periodo de la historia desde que tenemos datos.

15.          Este impacto diferenciado demuestra la importancia de ser capaces de trabajar de forma integrada en contextos de desarrollo diversos de manera que nadie quede atrás, como establece el Plan Estratégico del PNUD y han solicitado los Estados Miembros, porque la única manera de salir de esta tormenta es juntos. Esta es una de las lecciones más importantes de 2020 y por eso estoy agradecido de hablar con ustedes hoy.

16.          Mi intervención girará en torno a tres puntos: primero, haré un avance de los resultados de desarrollo que ha logrado —y a los que ha contribuido— el PNUD en 2020 una vez que el valor de las inversiones de #NextGenUNDP se puso a prueba y quedó demostrado. En segundo lugar, ofreceré un adelanto de los resultados institucionales y financieros obtenidos y los hitos logrados en 2020. En los próximos meses publicaremos un informe anual completo de 2020. En tercer lugar, ahora que el Plan Estratégico vigente  se acerca a su fin y avanzamos los preparativos para el siguiente, expondré algunas de las principales prioridades para 2021 inspiradas en la agenda común del Secretario General de la ONU y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

I.          Avance de los resultados de desarrollo en 2020

El PNUD es un pilar básico de la respuesta de la ONU ante la COVID-19

17.          La pandemia de COVID-19 ha puesto a prueba la capacidad del sistema de la ONU para proporcionar una asistencia mejor, más rápida, y más efectiva a los países donde desarrolla programas. El PNUD, organismo designado por el Secretario General de la ONU para ejercer el liderazgo técnico del sistema de la ONU en la respuesta socioeconómica ante la COVID-19, ha coliderado la elaboración del marco común de la ONU para dar una respuesta socioeconómica inmediata, y hemos aprovechado para ello nuestra función de integración de los ODS, que ha sido desplegada en apoyo de los Equipos de la ONU en los Países (UNCTs). La implementación del marco es supervisada por un Equipo de Tareas Interinstitucional copresidido por el PNUD y la Oficina de Coordinación del Desarrollo (OCD), con la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

18.          Siguiendo la convocatoria de los Coordinadores Residentes de la ONU, además de colaborar en la respuesta de la ONU ante la COVID-19 dirigida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el PNUD ha liderado de manera eficaz la aplicación del Marco a nivel de país en estrecha colaboración con otras entidades de la ONU y trabajando conjuntamente con gobiernos, instituciones financieras internacionales (IFI), donantes bilaterales, el sector privado y la sociedad civil.

19.          Hasta la fecha, se han llevado a cabo 144 evaluaciones de impacto socioeconómico en 97 países y cinco regiones. Estas evaluaciones han orientado a los gobiernos en la gestión de las políticas públicas en un entorno de una complejidad sin precedentes. Desde julio de 2020, la ONU ha triplicado el número de Planes de Respuesta Socioeconómica (SERP) —actualmente hay 119— como resultado de los esfuerzos realizados por los Equipos de la ONU en los Países, dirigidos por los Coordinadores Residentes con el liderazgo técnico y el apoyo del PNUD.

 

20.          Los SERP han permitido dar una respuesta de emergencia para el desarrollo ante la COVID-19 como complemento a los MANUD o a los marcos de cooperación existentes. Más de una tercera parte de los planes de respuesta incluyeron medidas centradas en la cohesión social informadas por el trabajo de análisis del PNUD sobre este punto realizado en 2020. Casi la mitad fueron elaborados con la participación y las ideas ofrecidas por el Banco Mundial, y un tercio por el FMI, un claro ejemplo de la intensificación de nuestras alianzas con las instituciones financieras internacionales (IFI) en 2020.

21.          A fin de reforzar las conclusiones basadas en las evidencias, se procedió al lanzamiento de la plataforma Data Futures. A partir de las fuentes de datos del conjunto del sistema de la ONU y de sus socios, la plataforma expande el arraigado compromiso del PNUD de responder a los desafíos del desarrollo basándose en la tecnología y la innovación. En lo esencial, la iniciativa refleja el compromiso del PNUD con el uso de datos precisos, multidimensionales e inclusivos, con fuentes y metodologías transparentes.

22.          Junto con ONU Mujeres, el PNUD creó un sistema de seguimiento de la respuesta en materia de género (Gender Response Tracker), que permite monitorear las políticas aplicadas por los gobiernos para enfrentar la crisis y abordar directamente las necesidades económicas y sociales de las mujeres, y su seguridad física. El cuadro de mando para una economía digital inclusiva creado por FNUDC con el apoyo del PNUD y otros organismos está diseñado para ayudar a los gobiernos a desplegar y monitorear una transformación digital inclusiva.

23.         Excelencias, el trabajo conjunto que estamos llevando a cabo para ayudar a los países a combatir la pandemia de COVID-19 y sus impactos es un ejemplo vivo de la reforma de la ONU. Estamos aprendiendo y mejorando mientras actuamos. Me gustaría dirigir su atención al documento de antecedentes que han recibido en el que se detalla nuestro progreso respecto a la reforma del Sistema de Desarrollo de la ONU.

24.         El PNUD acoge con satisfacción la revisión cuadrienal amplia de la política (QCPR) y dará prioridad a su plena aplicación en línea con la ambición expresada por los Estados Miembros. La nueva QCPR, a través de su robusto enfoque en los aspectos temáticos y transversales que afectan a la Agenda 2030, como el género, la juventud, la digitalización, y el clima, así como en la necesidad de aplicar soluciones de política integradas, contribuye a trasladar nuestro enfoque colectivo desde el ámbito del proceso al de la obtención de resultados tangibles y la generación de impactos, que es lo que el mundo necesita de las Naciones Unidas, y en estos momentos más que nunca.

25.          Además, la QCPR nos exige reflejar la extraordinaria contribución y el valor añadido del PNUD a la implementación de la Agenda 2030 en nuestro Plan Estratégico para 2022-2025. La actual fase de conceptualización del plan ofrece una oportunidad para reflejar plenamente su relevancia en nuestro trabajo e incorporarlo al diseño del plan.

26.          La experiencia del PNUD en la financiación del desarrollo sirvió para que los Equipos de la ONU en los Países calcularan los costos de los planes de respuesta, arrojando un costo estimado total de US$ 27.800 millones. Hasta la fecha, la ONU ha movilizado US$ 2.000 millones y se ha reencauzado el destino de US$ 3.000 millones de acuerdo con los gobiernos nacionales y nuestros socios de desarrollo. Durante 2020, el PNUD reprogramó y movilizó más de US$ 982 millones para dar respuesta a la COVID-19.

27.          Aunque son cifras excepcionales que se han movilizado en un espacio muy corto de tiempo, la cantidad sigue siendo insuficiente para ayudar a los países a reconstruir mejor tras la COVID-19 y a cumplir los ODS. El PNUD sostiene el compromiso de respaldar un incremento fundamental de la financiación a través, entre otros instrumentos, de los Marcos Integrados de Financiación Nacional (INFF)— una iniciativa en la que colaboran el PNUD, ONUDAES y la Unión Europea (UE), y que está en vigor actualmente en 62 países—. Los informes preliminares sugieren que más de 40 están vinculados a la recuperación de la COVID-19.

28.          Hacemos un llamamiento a los Estados Miembros para que aumenten urgentemente las inversiones destinadas a combatir esta emergencia del desarrollo. Esto exige hacer realidad el Convenio de Financiación, en particular para aumentar los recursos básicos y plurianuales que le dan al PNUD la agilidad necesaria para responder con rapidez a las emergencias. Esta pandemia ha demostrado que nadie está seguro hasta que todos lo estamos. Excelencias, Señora Presidenta, reitero que la única manera de salir de esta situación es haciéndolo juntos. Así, cuando llegó la pandemia, el acceso a recursos financieros sobre el terreno se convirtió en una prioridad inmediata. El PNUD diseñó una respuesta en dos fases para abordar en primer lugar las necesidades urgentes y, posteriormente, las necesidades a medio y largo plazo. 

Preparación, respuesta, recuperación

29.          Primero, en el marco de nuestra oferta de Preparación, respuesta, y recuperación para la COVID-19 se creó el Fondo de Respuesta Rápida (FRR) para hacer llegar recursos financieros esenciales a 130 países en solo cuatro semanas. Se distribuyeron US$ 30 millones —la mitad a contextos frágiles— que lograron movilizar diez veces más: US$ 304 millones adicionales.

30.          Además de nuestro enfoque en los impactos socioeconómicos, otras prioridades han sido la gestión de la crisis y el fortalecimiento de los sistemas de salud. Aprovechamos nuestra cartera de salud existente y la alianza con el Fondo Mundial —que ha distribuido $3.500 millones en 150 países para luchar contra el VIH, la tuberculosis y la malaria, fortalecer los sistemas de salud en 2019, y que ha salvado 38 millones de vidas desde 2002— para adoptar medidas ágiles de respuesta sanitaria contra la COVID-19 bajo el liderazgo de la OMS.

31.          En Angola, por ejemplo, el PNUD desempeñó un papel crucial en tres áreas fundamentales: vigilancia epidemiológica, logística, y participación comunitaria. En Guinea Bissau ampliamos inmediatamente la alianza entre el Gobierno, el Banco Mundial y el PNUD para obtener suministros esenciales para la COVID-19, incluidos equipos personales de protección (EPP) y herramientas para la vigilancia de las enfermedades.

32.          En India, el PNUD, en colaboración con la OMS, UNICEF y otras entidades está ayudando al Gobierno en la distribución de las vacunas. El PNUD contribuyó al desarrollo de la cadena de suministro y el sistema de monitoreo de la temperatura de la vacuna eVIN para 28.500 centros de almacenamiento de vacunas en todos los estados, además de enseñar a usarla a 50.000 profesionales sanitarios.

33.          En Pakistán, en cooperación con el Ministerio de Salud, el PNUD encabezó el desarrollo de una plataforma de telemedicina para facilitar la comunicación de doctor a doctor. Esto ha permitido que 4.500 profesionales médicos y médicos jóvenes en 60 unidades de cuidados intensivos con recursos materiales o personales escasos estén comunicados con especialistas en cuidados críticos y reciban asistencia inmediata para el cuidado de sus pacientes.

34.          Gracias al apoyo de Japón, el PNUD puso en marcha la iniciativa de telemedicina más importante de la historia de Libia. Durante la fase piloto, 300 doctores están ahora conectados con 7.000 pacientes a los que ofrecen consultas virtuales y prescriben medicinas por vía electrónica, servicios todos ellos críticos durante la COVID-19.

Más allá de la recuperación: con miras a 2030

35.          En segundo lugar, en el camino de integración de los ODS, el PNUD centró sus esfuerzos en vincular la respuesta inmediata con las necesidades de desarrollo sostenible a medio y largo plazo. Nuestra oferta 2.0 sobre la COVID-19Más allá de la recuperación, con miras a 2030, se enfoca en ayudar a los responsables de adoptar decisiones a fijar prioridades, tomar decisiones, y gestionar la complejidad en cuatro áreas integradas: gobernanza, protección social, economía verde, y alteración digital, con especial énfasis en la igualdad de género y los derechos humanos en todos los ámbitos, al tiempo que se mantiene el apoyo continuado a la gestión de la crisis y los sistemas de salud allá donde sea necesario.

36.          Para acompañar esta oferta en cuatro áreas del PNUD, a mediados de 2020 pusimos en marcha un Fondo de Respuesta Rápida (FRR) a través de la reprogramación y movilización inicial de US$ 100 millones. En el curso de 16 semanas, se conceptualizaron, evaluaron, y aprobaron 129 propuestas provenientes de todo el mundo enmarcadas en las cuatro áreas de actuación ofrecidas.

37.          En muchos países, los fondos del FRR es están utilizando para desarrollar programas con tengan potencial de escalabilidad. Un ejemplo es la ayuda prestada por el PNUD a la Corte Suprema de Bangladesh para establecer tribunales virtuales para procesar las solicitudes de libertad bajo fianza.  En el curso de esta iniciativa se formó a 1.000 jueces, abogados y funcionarios judiciales, lo que contribuyó a reducir la población penitenciaria un 12 por ciento en el espacio de tres meses.

38.          En Togo, el FRR ampliará el actual sistema de protección social dirigido por el Instituto Nacional de Seguro de Salud, en especial para cubrir al sector informal y a las personas en situación de pobreza extrema. El proyecto pondrá en práctica un sistema de seguro social basado en las tecnología móviles y digitales.

39.          Llegados a este punto, permítanme expresar una vez más mi profundo agradecimiento a los muchos Estados Miembros que han proporcionado al PNUD recursos básicos flexibles y predecibles. Estos recursos resultaron esenciales en nuestra respuesta a la COVID-19 en 2020. De los más de US$ 982 millones reprogramados y movilizados en apoyo a la respuesta del PNUD ante la pandemia el pasado año, US$103 millones fueron recursos básicos.

40.          Teniendo en cuenta que nuestros equipos todavía no han acabado de informar de los resultados y que se ofrecerá un análisis completo más adelante, permítanme ofrecer un breve panorama de cuál fue la aportación de dichos recursos —junto a la cartera más amplia del PNUD, tal y como se recoge en nuestro Plan Estratégico— en los cuatro ámbitos de actuación contemplados en nuestra ‘oferta 2.0’ para la COVID-19.

Gobernanza

41.          En materia de gobernanza, en la que el PNUD invierte un porcentaje importante de los recursos programáticos, la Organización respondió rápidamente ante la necesidad de que los sistemas de gobernanza electrónica a nivel nacional y local siguieran garantizando la continuidad de los servicios públicos esenciales en Etiopía, Sudán y otros países alrededor del mundo. Siempre en colaboración con el Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz (DAPCP) ayudamos a nuestros socios nacionales a organizar elecciones durante la pandemia —desde Bolivia a Vanuatu—, haciendo posible que sus ciudadanos pudieran ejercer su derecho al voto en circunstancias extremadamente difíciles.

42.          Trabajamos con las instituciones nacionales de derechos humanos, también en alianza con la ACNUDH, para apoyar la continuidad de sus actividades de vigilancia y lucha contra las violaciones de derechos humanos durante la pandemia en Nepal, Sierra Leona y Zimbabwe, y con países como Albania, Etiopía, Kirguistán y Turquía para que pudieran hacer frente a la creciente demanda de servicios de asistencia jurídica gratuita; con comunidades indígenas en Perú para la difusión de mensajes de protección frente a la COVID-19 en sus propias lenguas, y con Iraq en el lanzamiento de la campaña “Let’s Beat Corona” (Venzamos al corona) en diez ciudades.

43.          El Centro de Oslo para la Gobernanza del PNUD, financiado por Noruega, está reforzando la respuesta de ocho países ante la “contaminación informativa” generada alrededor de la crisis de la COVID-19, mientras que el PNUD, la OMS, ONUSIDA y el Instituto O’Neill para la Legislación Sanitaria Nacional y Global de la Universidad de Georgetown han puesto en marcha el Laboratorio Legal sobre la COVID-19 con el propósito de ayudar a los países a diseñar marcos jurídicos de respuesta a la COVID-19 basados en los derechos y la evidencia a partir de las lecciones aprendidas con el VIH. Junto con el DAPCP, el PNUD desplegó cerca de 60 asesores  de paz y desarrollo para respaldar el trabajo que desempeñan los UNCT en materia de análisis y programación multipilar para la prevención y la consolidación de la paz.

Economía verde

44.          Las respuestas fiscales y financieras a la COVID-19 representan una oportunidad para acelerar una recuperación verde con empleos verdes; para adoptar decisiones que sirvan para abordar la crisis climática, revertir la pérdida de la biodiversidad, reducir la contaminación, y mejorar los patrones de producción y consumo, restableciendo así el equilibrio entre las personas y el planeta a medida que construimos un futuro mejor.

45.          Con este propósito, en 2020 el PNUD siguió impulsando nuestra Promesa Climática durante la pandemia. En estos momentos estamos ayudando a 115 países a mejorar sus compromisos en el marco del Acuerdo de París. Esta asistencia, proporcionada en colaboración con más de 35 socios, representa la oferta de ayuda más importante del mundo para la mejora de la acción climática y el avance de una recuperación verde e inclusiva. La oferta está respaldada por los US$ 1.900 millones que componen la cartera climática del PNUD en 150 países. 

46.          Esta inversión a escala es fundamental para lograr que los países mantengan el foco en una recuperación verde, como ha pedido el Secretario General de la ONU. De lo contrario, los impactos socioeconómicos que vemos actualmente serán mínimos en comparación con lo que puede suceder por la crisis climática.

47.          La implicación del PNUD en la tarea de impulsar la economía verde viene en respuesta a las solicitudes de nuestros socios, y está basada en nuestra red global y la experiencia acumulada a lo largo de los años. Además de la Promesa Climática, hemos ayudado a países en todo el mundo a crear empleos y medios de vida sostenibles para las personas afectadas por los cierres provocados por la pandemia.  

48.          Entre nuestras actuaciones se encuentran las iniciativas “efectivo por conservación” en Camboya, que beneficiaron a más de 1.600 hogares; una alianza con Bielorrusia y la UE para ayudar a desempleados recientes a iniciar nuevas carreras en la agricultura ecológica; iniciativas de ecología urbana en Paraguay y en Bosnia y Herzegovina; y esfuerzos integrados para ayudar a los 1,4 millones de refugiados en Uganda y a sus comunidades de acogida a crear medios de vida sostenibles a través de la gestión de los recursos ambientales.

Protección social

49.          En cuanto a protección social, la investigación del PNUD sobre el ingreso básico temporal publicada en julio de 2020 ofrecía un cálculo estimado de lo que costaría establecer un ingreso garantizado mínimo por encima del umbral de pobreza para las personas vulnerables en 132 países en desarrollo, una iniciativa que podría ralentizar el aumento de casos de COVID-19 al permitir a cerca de 3.000 millones de personas permanecer en sus hogares. Es un ejemplo de las ambiciosas opciones de política que está poniendo sobre la mesa el PNUD para ayudar a los países, tanto a responder a la crisis como a construir mejor en la recuperación posterior a la COVID-19, una medida que seguimos promoviendo donde lo consideramos apropiado.

50.          Esta fue la primera en una nueva y emblemática serie de documentos de política del PNUD llamada Serie sobre los Futuros del Desarrollo. En 2021 se irán ofreciendo nuevas ideas y propuestas desarrolladas a partir de la abundancia de ideas y del liderazgo intelectual que surge de los profesionales del PNUD y de nuestros socios desde su trabajo y realidad diaria en los países, con la finalidad de estimular un muy necesario diálogo sobre el futuro del desarrollo.

51.          Hemos trabajado sobre el terreno con 88 países, desde Honduras a Nigeria para completar o expandir la asistencia social o los programas de transferencia de efectivo a fin de llegar más rápidamente a las poblaciones vulnerables, enfocando nuestra labor fundamentalmente en el sector informal, los trabajadores autoempleados, el trabajo doméstico y de cuidados, las personas con discapacidad, y las poblaciones de migrantes y desplazados internos. Fuimos más allá de la variable de los ingresos para entender mejor cuáles son los grupos a los que dirigir la ayuda y digitalizamos la operativa habitual para poder incrementar con rapidez la escala de las actuaciones.

52.          En Kenya, el Laboratorio de Aceleración del PNUD colaboró en la utilización de dinero móvil como alternativa a los pagos en efectivo, y está trabajando con la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo Nacional de Seguro de Hospitalización en la exploración de vías para ampliar la cobertura médica a los trabajadores del sector informal. En Paraguay, el Laboratorio está trabajando para monitorear el sector informal, mejorar el diseño de las políticas públicas, y acelerar la formalización del mercado laboral.

53.          Su trabajo es uno de los múltiples ejemplos de cómo la Red de Laboratorios de Aceleración de #NextGenUNDP cobró protagonismo durante la pandemia a través de la generación de soluciones innovadoras, frugales y ampliables, contribuyendo así a transformar nuestra manera de hacer desarrollo mediante el aprendizaje rápido y el uso de nuevas fuentes de datos, como los obtenidos de aplicaciones geoespaciales, las redes sociales, y fuentes ciudadanas. Esto abarcó múltiples iniciativas, desde ayudar al despliegue de robots en centros de tratamiento de COVID-10 en Rwanda, a prestar asistencia a una “comunidad 3D” en Tanzania para el diseño, producción, y distribución de EPP a los trabajadores sanitarios.

54.          El trabajo de estos laboratorios es crítico. Actores clave como los bancos de desarrollo, los inversionistas y el sector privado pueden plantar las semillas del crecimiento verde con inversiones a largo plazo en proyectos innovadores de ámbito local. Me complace comunicarles que, gracias al apoyo de socios clave como Alemania y Qatar, en 2020 añadimos 32 nuevos laboratorios a la Red de Laboratorios de Aceleración. Esta Red cubre ahora 116 países, incluido el 79 por ciento de los países menos adelantados y los de ingresos bajos, y el 66 por ciento de los pequeños Estados insulares en desarrollo.

Alteración digital

55.          Desde el trabajo de los equipos de nuestros laboratorios con Nepal para ayudar a los gobiernos locales a informar de los datos de cuarentena, a nuestra labor con Palestina para que mujeres con pequeñas explotaciones agrícolas estén conectadas por medio de plataformas Web, el foco de la Red de Laboratorios de Aceleración del PNUD ejemplifica la decisiva importancia que tuvieron las intervenciones digitales para los resultados del PNUD en 2020 y lo importantes que seguirán siendo para el futuro del desarrollo.

56.          Así pues, la asistencia digital que prestamos a gobiernos de todo el mundo durante 2020 les ayudó a mantener encendidas las luces y a seguir sirviendo a sus ciudadanos durante la rápida expansión de la COVID-19. Hoy en día, impulsado por la demanda de los gobiernos, el enfoque digital por defecto está pasando a formar parte del ADN de la familia del PNUD.

57.          A finales de 2020 —después de más de medio millón de llamadas en Zoom y Teams— el PNUD había obtenido 9.200 licencias de Zoom para sus socios al 40 por ciento de lo que habrían costado normalmente, y prestado ayuda a unas 290 entidades —incluidas oficinas de jefes de estado, parlamentos y ministerios— para sus transiciones digitales.

58.          Así, con nuestro apoyo, el Congreso Nacional de Honduras celebró la primera sesión virtual de su historia; en Madagascar,  el Centro de Control de Operaciones para la COVID-19 pudo conectarse con sus sedes regionales; Kazajstán entrenó a más de 1.000 funcionarios públicos, incluidos 400 con discapacidades, para poder teletrabajar efectivamente; y Bangladesh proporcionó servicios críticos de telemedicina a más de 35.000 personas.

59.          En Uganda, el FNUDC prestó asistencia a la principal empresa de coches de transporte privado del país para efectuar la transición a un modelo de comercio electrónico, garantizándose así la entrega de artículos básicos a 50.000 clientes diarios durante el periodo de confinamiento y contribuyendo a mantener los empleos de 18.000 chóferes y 800 proveedores. Además colaboramos con Jumia Foods, la empresa de comercio electrónico más importante del país, en la creación de una plataforma en línea específicamente diseñada para conectar a algunas de las personas más vulnerables de la fuerza de trabajo con clientes potenciales. Aprovechamos las posibilidades que ofrece la tecnología digital para reducir la corrupción, como el caso de Ucrania, donde apoyamos una nueva plataforma electrónica  que permitió aumentar la transparencia en los procesos de adquisición y contratación.

60.          En estos momentos todavía estamos recibiendo información de las Oficinas del PNUD en los Países, pero ya sabemos que al menos 70 países solicitaron y recibieron asistencia digital de la Organización en 2020. Con cada vez más frecuencia, estas solicitudes buscan una asistencia estratégica amplia para la transformación digital. Por ejemplo, con el apoyo del PNUD Dominica está preparando la elaboración de una estrategia digital nacional. La alteración digital ha pasado a ser una característica permanente del desarrollo. El establecimiento de estándares, políticas, y normas que orienten y acompañen una transformación digital inclusiva constituirá uno de los desafíos más importantes del desarrollo durante los próximos años.

Género

61.          Excelencias, Señora Presidenta, la larga lucha contra una desigualdad generalizada se encuentra en el eje de la respuesta del PNUD a la pandemia y debe estar en el eje de cualquier actuación de desarrollo. Se trata de la desigualdad de género, que amenaza con dejar atrás a la mitad del planeta; y hoy más que nunca. El Secretario General de la ONU declaró que la pandemia global ya ha hecho retroceder décadas del limitado y frágil progreso que se había logrado en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres.

62.          Abordar la desigualdad de género exige compromiso y tenacidad. Por eso me complació enormemente estar acompañado de la Señora Presidenta, Embajadora Stoeva, el 19 de enero para celebrar el extraordinario trabajo de los Equipos en los Países y nuestros socios durante los últimos años en la ceremonia de los Premios del Sello de Igualdad de Género del PNUD.

63.          El Sello de Igualdad de Género es la expresión en términos prácticos del elevado listón que hemos establecido para la igualdad de género, tanto en nuestros resultados de desarrollo como en nuestras alianzas y en nuestra institución. Durante la ronda 2018-2020 de este galardón, siete Oficinas en los Países recibieron el Sello de Bronce, 17 el Sello de Plata, y siete el Sello de Oro. Más del 60 por ciento de las Oficinas de País del PNUD han completado el Sello de Género desde el lanzamiento del programa, lo que supone un avance significativo para nuestra organización.

64.          Excelencias, colegas, el mundo no ve a menudo los rostros de las personas del PNUD que sirven en todos los países en los que operamos: colegas en Yemen que ponen a las mujeres en el núcleo de los esfuerzos por crear empleos incluso en la peor situación humanitaria del mundo; en Paraguay, donde en colaboración con los sindicatos, las organizaciones de derechos de las mujeres, la OIT y ONU Mujeres, contribuyeron al establecimiento de un salario mínimo legal para las trabajadoras domésticas; en Kirguistán, donde su labor fue determinante para cambiar la ley y prohibir los matrimonios de menores de 18 años.

65.          Colegas en Chile, Guinea, y la República Centroafricana, por su papel en la aprobación de leyes de paridad y de un umbral mínimo para la participación de las mujeres en los procesos electorales y políticos; o colegas que promueven el rol de las mujeres en sectores no tradicionales, como la gestión del agua en Costa Rica o como guardas forestales en la lucha contra el cambio climático en Indonesia.

66.          De cara al futuro, está previsto el lanzamiento de una Pista de Oro Acelerada del Sello de Género en la DRECEI  y una pista especial del Sello para países en situaciones de crisis que inspirarán nuevas ideas en todas las regiones y nos permitirán dar el salto al siguiente nivel. Y no vamos a detenernos en el PNUD: en estos momentos estamos transformando el Sello para convertirlo en una herramienta para los sectores público y privado.

67.          Organismos como el PMA, la UICN y la ACNUDH están creando alianzas con nosotros para desarrollar sus propios programas de incentivos de género. Trabajamos con más de 600 empresas de múltiples sectores en todo el mundo para extender nuestro Sello de Igualdad de Género al sector privado y las empresas multinacionales; y en 2021 lanzaremos oficialmente el Sello de Igualdad de Género para las Instituciones Públicas.

68.          Mientras tanto, espero que me acompañen en un momento de reconocimiento a estas Oficinas en los Países y a nuestros socios que luchan por un mundo igualitario y que están decididos a aportar una perspectiva feminista a nuestros esfuerzos comunes por construir mejor en el futuro posterior a la COVID-19.

I.          Avance de los resultados institucionales y financieros

Personal para 2030 y una transformación digital

69.          Excelencias, como saben, en estos dos últimos años hemos trabajado intensamente por mejorar la capacidad del PNUD para atraer, retener, y desarrollar a los mejores talentos con el objetivo de ayudar a los países a construir mejor el futuro posterior a la COVID-19 y a realizar los ODS.

70.          La implementación de la estrategia del PNUD Personal para 2030 continúa a buen ritmo, con el 84 por ciento de las recomendaciones de política de la estrategia ya aplicadas —como la introducción de un sistema mejorado de gestión de los resultados, una nueva política de movilidad, y un nuevo marco de gestión de la carrera profesional— y la previsión de aplicar el resto en el plazo previsto, de aquí a junio de 2021. Esta estrategia se basa fundamentalmente en nuestro compromiso de contar con un entorno laboral seguro e inclusivo y con oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional. Esto incluye combatir cualquier forma de discriminación y acoso, incluido el sexual.

71.          Pero quizás el principal desafío al que nos enfrentamos al desempeñar nuestra labor en 2020 fue el ritmo al que se digitalizó el PNUD, una transformación hecha posible por la Estrategia Digital del PNUD a la que contribuyó la recientemente adoptada Estrategia de TI. Ambas permitieron mantener a la Organización funcionando y ayudar a otros a seguir funcionando también.

72.          Se empezaron a utilizar herramientas como Zoom y Teams. Se desplegó la aplicación de firma digital DocuSign, aumentando así la eficacia organizativa y ahorrando el equivalente a cinco millones de hojas de papel, lo que supuso una reducción de 154 toneladas métrica de emisiones de CO2. Más de 600 colegas se enrolaron en programas de aprendizaje para la transformación digital del PNUD, mientras que otros 6.000 utilizaron los medios disponibles en línea para mejorar sus capacidades para trabajar eficazmente en un entorno virtual. 

73.          De los 9.458 Voluntarios que prestaron servicio con 60 socios de la ONU en 158 países y territorios, 2.300 —el 90 por ciento en el Sur Global— llevaron a cabo sus asignaciones de manera virtual. Estos voluntarios sirvieron en la primeria línea de la pandemia, desde profesionales médicos aportando sus conocimientos vitales a centros de salud en países como Kenya y Sudán del Sur, hasta los que trabajaron para ampliar las oportunidades de personas con discapacidad en Kazajstán.

74.          Hace tres años y medio, cuando accedí al cargo de Administrador del PNUD, asumí con ustedes, con el Secretario General de la ONU, con el Secretario General Adjunto, y con mis colegas y socios del PNUD, el compromiso de que juntos tomaríamos una organización construida para una generación diferente, la haríamos eficaz para esta, y la prepararíamos para la siguiente.

75.          Eso ha exigido desafiar los límites de nuestra manera de pensar, trabajar, invertir, y gestionar como PNUD. El resultado es #NextGenUNDP. En 2020, #NextGenUNDP se enfrentó al test de estrés más exigente posible, y tanto la institución como los equipos demostraron estar listos. Aunque todavía no hemos cerrado el balance económico de 2020, permítanme comenzar abordando algunos de los resultados e hitos financieros e institucionales más significativos.

76.          Una de mis prioridades cuando llegué al PNUD fue eliminar el déficit presupuestario. En 2020, el PNUD logró por cuarto año consecutivo tener un presupuesto equilibrado, una base financiera sólida desde las que generar más resultados de desarrollo.

77.          Y eso es lo que hemos hecho. De manera notable, a pesar de las dificultades de la pandemia, está previsto que la ejecución programática del PNUD en 2020 ascienda a US$ 4.500 millones, lo que sería la segunda tasa de ejecución más alta de los últimos seis años. Cerca del 60 por ciento del presupuesto del PNUD —US$ 3.200 millones en 2020— y nueve de los 10 países con mayor incidencia programática representan contextos frágiles. Con US$ 1.200 millones destinados, la ejecución de programas en la región de África en 2020 fue la más alta de la historia del PNUD, a la espera de cerrar definitivamente los libros.

78.          Los intensos esfuerzos del PNUD por fortalecer los resultados institucionales, mejorar la eficacia en la ejecución, y reducir los costos institucionales suponen alrededor de US$ 350 millones en recursos más para el desarrollo en el periodo 2018-2020 que en el periodo 2014-2017.

79.          Estas cifras han sido posibles a pesar de los confinamientos que tuvieron lugar en todo el mundo por el sólido liderazgo, la rápida gestión adaptativa, la innovación, y el fuerte apoyo y la relación de confianza que tenemos con nuestros socios nacionales. Todo ello es reflejo directo del interés y la confianza de los Estados Miembros en el PNUD.

80.          Que nuestros esfuerzos por mejorar la eficiencia están dando frutos lo demuestra la ratio de eficiencia de nuestra gestión: al entrar en el último año de nuestro Plan Estratégico, independientemente de los costos de gestión de la reforma del sistema de desarrollo de la ONU y de la crisis generada por la pandemia, el PNUD lleva camino de cumplir la meta de eficiencia en la gestión fijada por nuestro plan cuatrienal en 7,3 por ciento; es decir, que durante la vigencia de este plan ha aumentado la ejecución de programas y se han reducido los gastos institucionales relacionados con ello.

81.          La estrategia del PNUD de aplicar la agrupación para aplicar los ‘últimos avances’ a los procesos financieros, de recursos humanos, y de adquisición está diseñada para reforzar aún más las eficiencias, y su implementación está muy avanzada. Ya en 2020, los Centros Mundiales de Servicios Compartidos en Copenhague y Kuala Lumpur mejoraron, estandarizaron y modernizaron la gestión de casi 500 cuentas bancarias de Oficinas en los Países y cerca de 64.000 proveedores en cinco regiones, procesando más de 26.000 transacciones de una manera que mejora la eficiencia, la calidad y la supervisión, con la consiguiente mitigación de los riesgos.

82.          En 2020, recibimos el mayor volumen de contribuciones básicas desde 2016 y un 13 por ciento más que en 2019, mientras que los recursos no básicos aumentaron un 14 por ciento. Esta es una magnífica noticia para los países con programas y refleja la creciente confianza de nuestros socios fundadores en la capacidad del PNUD para generar resultados.

83.          Con US$ 1.500 millones, un 20 por ciento más que en 2019, la capitalización de las carteras del Fondo Fiduciario de Asociados Múltiples, administradas por el PNUD, alcanzó su máximo nivel desde la creación de la oficina del Fondo en 2003.

84.          El PNUD aumentó en un espectacular 80 por ciento respecto a 2019 su participación y los ingresos de los fondos interinstitucionales mancomunados de la ONU, una ilustración de cómo el PNUD está cumpliendo su compromiso de trabajar más estrechamente que nunca con los socios de las Naciones Unidas en el marco de un sistema ONU reformado.

85.          La colaboración con la ONU vino facilitada por la aprobación por parte de la Junta Ejecutiva de una política armonizada de recuperación de costos en 2020, lo que permite a los Estados Miembros simplificar la comparación de los costos de desarrollo de trabajar con los diferentes fondos y programas de la ONU, en particular con PNUD, UNICEF y UNFPA.

86.          Permítanme aprovechar esta oportunidad para expresar mi más sincero agradecimiento a nuestros socios fundadores, en especial a aquellos que aumentaron su aportación a los tan necesarios recursos básicos, como Alemania, Dinamarca, Japón, Estados Unidos, Finlandia, República Checa, e Israel, además de a todos aquellos que consistentemente se encuentran entre la máximos contribuyentes de financiación flexible, como Estados Unidos, Suecia, Noruega, Suiza, Alemania, Canadá, Dinamarca, y Países Bajos, entre otros.

87.          En 2020, las contribuciones básicas correspondientes a compromisos plurianuales cubrieron el 50 por ciento de todas las aportaciones recibidas. Quiero agradecer también a los 11 Estados Miembros con acuerdos plurianuales de contribuciones básicas vigentes en 2020. Algunos Estados Miembros también han incrementado su apoyo a las ventanillas de financiación temática del PNUD con aumentos anuales desde su creación en 2016.

88.          Al mismo tiempo, el ritmo de recuperación económica global apunta a un año duro para la financiación que tendremos que navegar juntos. Soy consciente de que el impacto de la COVID-19 en las economías será un factor determinante en su decisión de financiar el desarrollo a través del PNUD en 2021 y más allá, y animo a todos los Estados Miembros a no tomar decisiones cortoplacistas que desvíen recursos de la AOD y a preservar los avances de desarrollo que tanto ha costado lograr.

Responsable, transparente, y aprendiendo

89.          En 2020, continuamos invirtiendo en transparencia y responsabilidad. El PNUD recibió un dictamen sin reservas (limpio) en la auditoría realizada por la Junta de Auditores de las Naciones Unidas (UNBOA) para el año finalizado en 2019, el 15° dictamen de auditoría sin reservas (limpio) consecutivo que recibimos.

90.          El Índice de Transparencia de la Ayuda de 2020, elaborado por la campaña para la transparencia de la ayuda Publish What You Fund (PWYF), designó al PNUD como el organismo más transparente de las Naciones Unidas. En junio, el PNUD comenzó a publicar nuestra labor en respuesta a la COVID-19 en el Portal de Transparencia del PNUD, siendo una de las primeras organizaciones en hacerlo.

91.          En diciembre de 2020, tuvimos la oportunidad de discutir la auditoría que la Oficina de Auditoría e Investigaciones (OAI) realizó en torno a la gestión del PNUD de los recursos del FMAM y el examen independiente del proyecto financiado por el FMAM “Russia Standard and Labels”. Tomamos sus conclusiones muy seriamente. El PNUD no tolerará ninguna conducta que ponga en entredicho nuestra credibilidad, confianza, y capacidad para llevar a cabo nuestra misión de apoyar a los países donde ejecutamos programas y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

92.          Asimismo, he tomado una serie de medidas integrales diseñadas para generar un impacto inmediato y sustancial en las cuestiones identificadas en estos informes, cuyos detalles se incluyen en la carta que les he enviado por separado a cada uno de ustedes. El PNUD seguirá informando a la Junta Ejecutiva de manera regular y sistemática sobre este asunto.

93.          El PNUD agradece las recomendaciones de las tres importantes evaluaciones de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) llevadas a cabo en 2020, y las respuestas del personal directivo se presentan ante la Junta en esta sesión:

a.    La evaluación del apoyo del PNUD a países afectados por conflictos contribuirá al desarrollo de nuevas ofertas programáticas sobre la prevención de los conflictos y la consolidación de la paz, y como marco corporativo para la crisis y la fragilidad en 2021.

b.    La evaluación del apoyo del PNUD a la respuesta ante la crisis de refugiados en Siria (‘3RP’) —que la OEI cita como modelo de colaboración entre agentes humanitarios y de desarrollo para abordar crisis prolongadas— reforzará el trabajo de la Organización en todas las situaciones de respuesta a crisis de refugiados.

c.    Agradecemos las positivas conclusiones de la evaluación sobre la adaptación al cambio climático de la extensa y valorada contribución del PNUD para que los países vulnerables fomenten la resiliencia, y reconocemos la recomendación de acelerar la integración de la evaluación de los riesgos climáticos en el conjunto de nuestra cartera de desarrollo.

94.          En este sentido, por ejemplo, me complace señalar que desde el 1 de enero de 2021 las evaluaciones climáticas y el examen de los riesgos climáticos son parte esencial de los Estándares Sociales y Ambientales (SES) y del Procedimiento de Diagnóstico Social y Ambiental (SESP) actualizados.

95.          El PNUD utilizará la información recibida en cada evaluación para seguir creciendo en las áreas identificadas como fuertes y dar respuesta en las áreas donde se necesita mejorar. El PNUD sigue analizando las principales conclusiones derivadas de todas las evaluaciones, incluidas las evaluaciones independientes de los programas para el país, con el objetivo de identificar nuevas lecciones y formas de mejorar.

96.          Entre las áreas a fortalecer están, por ejemplo, la gestión basada en resultados en todas las carteras programáticas para impulsar los cambios transformativos; el desarrollo de un modelo de financiación que respalde el cambio desde proyectos a corto plazo a carteras a más largo plazo con miras a reforzar la sostenibilidad y escalabilidad de los resultados; así como ir más allá de la participación de las mujeres para centrar la atención en combatir las causas profundas de la desigualdad y la discriminación. El PNUD se asegurará de que estas conclusiones, junto con las extraídas del conjunto del trabajo de la OEI, sean tomadas en consideración durante la elaboración del próximo Plan Estratégico (2022-2025).

97.          A este respecto, me gustaría prestar atención a una nueva serie de Reflexiones del director de la OEI, Oscar García, y de su equipo. La serie recoge ideas acumuladas durante años de evaluación y observación del trabajo del PNUD en situaciones de crisis, y sé que tendrá un valor incalculable a la hora de orientar e implementar nuestros programas con una mentalidad constante de exploración y desarrollo.

98.          Se han presentado para su consideración durante esta Junta doce nuevos documentos del programa para el país (CPD) para: Armenia, Azerbaiyán, China, Cote d’Ivoire, Georgia, México, Macedonia del Norte, Panamá, Túnez, Somalia, Uruguay, y Uzbekistán.

99.          Asimismo, se han presentado siete extensiones para su aprobación por la Junta: Afganistán, Guatemala, Madagascar, Tayikistán, Siria, Venezuela y Yemen. Además, se presentarán ante la Junta solamente a efectos informativos cuatro extensiones de programas de país: Argentina, Bangladesh, Malasia y Maldivas.

100.          Excelencias, permítanme reafirmar junto a mis colegas de UNFPA, UNICFEF y ONU Mujeres, nuestro compromiso de promover la priorización, la armonización, y la secuenciación de los procesos del FNUDC y de los CPD, y de mantener los más altos estándares en nuestros CPD, tal y como quedó establecido en la reunión mantenida con los miembros de la Junta el 18 de enero y en la nota informativa conjunta enviada a las Juntas (con fecha de 8 de enero).

En este punto crítico, un esfuerzo integrado por los ODS podría marcar la diferencia 

101.          Excelencias, la COVID-19 representa un punto crítico. Las decisiones adoptadas hoy pueden llevar al mundo por caminos muy diferentes, y la regresión de los ODS que ya observamos es profunda, pero no aleatoria. Sigue un patrón determinado: restricción de derechos y libertades, efectos sobre los trabajadores jóvenes y las mujeres en la fuerza de trabajo, exclusión de los trabajadores informales de la protección social, reforzamiento de la polarización y la exclusión resquebrajando el contrato social inclusivo, y reforzamiento de la discriminación estructural preexistente. Estos patrones pueden ser los que guíen la respuesta de los países.

102.          Una investigación muy reveladora realizada por el equipo de Integración de los ODS del PNUD crea posibles escenarios futuros para el impacto de la COVID-19 en los ODS. El trabajo muestra que una serie de inversiones ambiciosas, pero factibles, en áreas de los ODS como la gobernanza, la protección social, la recuperación verde y la digitalización —las cuatro áreas integradas de la oferta de respuesta del PNUD frente a la COVID-19— podrían sacar de la pobreza extrema a 146 millones de personas más de aquí a 2030, la mayoría de ellas en estados frágiles y afectados por los conflictos.

103.          Esta investigación subraya la importancia de adoptar medidas para progresar hacia los ODS y las consecuencias de no hacerlo. Asimismo, sugiere que a pesar de la complejidad de este nuevo panorama del desarrollo, es posible navegarlo con una arquitectura ambiciosa en la que se interconecten las intervenciones de política y las decisiones de carácter político.

104.          En septiembre, Excelencias, se les pedirá que estudien la adopción de un nuevo Plan Estratégico del PNUD para 2022-2025. En este momento en el que la COVID-19 ha exacerbado prácticamente todos los desafíos del desarrollo que podamos imaginar, yo entiendo el Plan Estratégico como una oportunidad de mostrar la manera en que el PNUD —una parte integral del sistema de la ONU y bajo el liderazgo del Secretario General— se adaptará a un futuro incierto y extremadamente cambiante y ayudará a los países a volver al camino de los ODS.

105.          ¿Cómo continuaremos luchando contra la pobreza, fomentando la resiliencia, y combatiendo el cambio climático? ¿Cómo enfocaremos nuestro trabajo hacia las personas más vulnerables, las más afectadas por la COVID-19 en contextos de conflicto, crisis superpuestas, y múltiples desigualdades? ¿Y cómo ayudaremos a los países a aprovechar las oportunidades que ofrecen la innovación, la digitalización, y el empoderamiento de las mujeres?

106.          Nuestro plan examinará no sólo lo que hacemos sino cómo lo hacemos. Cómo ayudamos a nuestros socios a enfrentar los complejos problemas del siglo XXI y las demandas de una ciudadanía conectada digitalmente. Cómo sacaremos el máximo provecho a las inversiones que estamos llevando a cabo actualmente en innovación, aceleración, y gestión del conocimiento. Cómo ofrecemos desarrollo siendo conscientes de los conflictos a partir de un profundo conocimiento de la multidimensionalidad de los riesgos. Cómo podemos flexibilizar y aumentar la eficiencia de nuestros procesos y operaciones institucionales. Y, por encima de todo, cómo podemos convertirnos en una organización más ágil y preparada para responder ante los diversos futuros posibles en la gran cantidad de países en los que servimos.

107.          Las inversiones durante el periodo del Plan vigente nos permitirán afrontar el nuevo Plan con alianzas más sólidas dentro del sistema ONU: por ejemplo, con UNICEF en cuestiones de innovación, juventud, y emprendimiento; con la OIT sobre el presente y el futuro del trabajo; con la OIM y ACNUR sobre medios de vida y soluciones digitales pare las personas desplazadas; con el PNUMA y la FAO en lo referente a encontrar un equilibrio entre las personas y el planeta; y con la UIT y la Comisión sobre Banda Ancha en torno a impulsar la digitalización inclusiva de los países.

108.          Y pondremos un mayor énfasis en la alianzas externas porque nosotros somos solo una parte, aunque una parte singular, del ecosistema de actores públicos y privados, globales y locales que construirán el futuro del desarrollo. El Fondo Global del Sector Privado para la recuperación frente a la COVID-19, por ejemplo, es una iniciativa del PNUD, el Pacto Mundial de la ONU, y la Cámara de Comercio Internacional (CIC) dirigida a colaborar con importantes agentes del sector privado, como Microsoft, y co-crear soluciones para PYMES y microempresas, las cuales representan alrededor del 50 por ciento del empleo a nivel mundial y serán esenciales para impulsar la recuperación mundial.

109.          Actualmente, mientras seguimos desarrollando ese nuevo Plan con su participación, el PNUD tiene un trabajo claro y varias prioridades inmediatas para 2021.

I.          Áreas prioritarias para 2021

Ejecución del Pan Estratégico vigente del PNUD

110.          El Plan Estratégico del PNUD, diseñado para ser ágil, transformativo, y dar respuestas, sigue siendo enormemente relevante en estos momentos. La pandemia de la COVID-19 arroja más luz sobre la urgencia de acometer una transformación equitativa y verde en la que los países cuenten con las capacidades y la resiliencia necesarias para gestionar las crisis y un futuro incierto. El papel del PNUD en este nuevo contexto consiste en acelerar esa transformación. Por tanto, nuestra principal responsabilidad y prioridad para 2021 es la de cumplir los objetivos previstos para el último año de nuestro Plan Estratégico, con sus seis soluciones emblemáticas, cubriendo tres contextos integrados de desarrollo en el mundo. Tal y como estableció el examen de mitad de periodo del Plan realizado el año pasado, llevamos camino de cumplirlos. El PNUD está analizando cuidadosamente los nuevos avances y los desafíos enfrentados en 2020.

111.          La consolidación de las mejoras alcanzadas con las reformas del sistema de desarrollo de la ONU y el avance en la implementación de las que quedan por realizar seguirán siendo aspectos prioritarios de nuestra labor en 2021 y los años venideros. A través de los ODS, entre otros esfuerzos, el PNUD trabajará para priorizar los mandatos fijados en el QCPR mediante el desarrollo del nuevo Plan Estratégico 2022-2025 con el propósito de garantizar el cumplimiento de los objetivos de los Estados Miembros.

Gobernanza y fragilidad

112.          El PNUD gasta más del 50 por ciento de nuestro presupuesto total en contextos frágiles y de crisis, y nueve de los diez programas de país más importantes se encuentran en esos lugares, donde promovemos enfoques colaborativos entre los actores humanitarios, de la paz, y del desarrollo.

113.          Nuestra función en este espacio es esencial porque los contextos frágiles acogen a más del 75 por ciento de la población mundial en situación de extrema pobreza; sólo el 18 por ciento de los estados frágiles y afectados por conflictos llevaban camino de cumplir las metas de los ODS sobre “necesidades básicas insatisfechas” antes de la COVID-19, y los indicadores en estos momentos están en regresión. Como demuestra la pandemia, ya no podemos asumir que los contextos de desarrollo ‘normales’ son ciertos o predecibles.

114.          En 2021, el PNUD utilizará todo lo aprendido de las evaluaciones, mediante nuestra experiencia, y a través de nuestras alianzas para elaborar un nuevo enfoque de desarrollo para la paz: con programas y políticas cada vez más basadas en los riesgos; con inversiones tempranas para prevenir los conflictos, las crisis, y el extremismo violento; con la mirada puesta en el mantenimiento de la paz y la lucha contra la fragilidad. Y a partir de un diálogo y consultas constantes, desarrollaremos una oferta de gobernanza renovada y que mire al futuro para apoyar la transformación de los sistemas de gobernanza en todos los entornos de desarrollo.

115.         Aprovecharemos la experiencia de estabilización obtenida en países como Iraq donde, desde 2015,  el Servicio de Financiación para la Estabilización ha prestado ayuda a 8,5 millones de iraquís, la mitad de ellos mujeres; en Yemen, donde nuestra alianza con el Banco Mundial ha creado más de 10,7 millones de días de trabajo mediante empleos de emergencia y contribuido a estabilizar la economía local; y en Sudán.

116.         Cuando visité Jartum hace justo un año, poco antes del confinamiento, tuve el privilegio de reunirme con las mujeres y los hombres jóvenes que salieron a la calle a riesgo de perderlo todo y cuyas acciones quizás hayan cambiado el curso del país. Hoy apoyamos sus esfuerzos para llevar a cabo una transición hacia un gobierno civil y democrático.

117.         Aprovecharemos nuestras alianzas, como la que tenemos con la Oficina de Apoyo a la Consolidación de la Paz para reforzar las funciones básicas de gobierno en contextos frágiles; y nuestro trabajo con ONU Mujeres, UNFPA, y ACNUDH en el marco de la Iniciativa Spotlight de la ONU-UE, un proyecto global y plurianual dirigido a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.

118.          Utilizaremos nuestra labor con socios como DAPCP y PNUMA sobre los riesgos asociados al clima a través del Mecanismo de Seguridad Climática; con el Departamento de Operaciones de Paz de la ONU, con el que colideramos el Punto Focal Mundial para el Estado de Derecho; y con ACNUR, la OIM y la OIT para promover soluciones duraderas para todas las personas que, en cifras nunca vistas, se han visto obligadas a abandonar sus hogares aprovechando nuestra experiencia en países como Colombia, Iraq, Libia, y Somalia.

119.          Aprovecharemos la experiencia acumulada en nuestro trabajo en las fronteras, como el desempeñado en el marco de la Estrategia Integrada de las Naciones Unidas para el Sahel, para dar un paso adelante —de la distribución de ayuda a hacerla innecesaria— en colaboración con líderes, ideas, e inversiones locales y, de esta manera, romper los ciclos de violencia y dependencia. La alianza del PNUD con la Fundación Tony Elumelu, por ejemplo, prestará asistencia a 100.000 jóvenes emprendedores en la región del Sahel. La iniciativa tiene como objetivo generar millones de nuevos empleos y contribuir al menos US$ 10.000 millones en nuevos ingresos anuales en África.

Pobreza y desigualdad

120.          La lucha contra la pobreza y la desigualdad seguirá constituyendo uno de los ejes de la labor del PNUD en 2021. A nivel macro, la máxima prueba de igualdad entre países y dentro de ellos será la capacidad de abordar la intervención sanitaria pública más importante de nuestra generación: vacunar contra la COVID-19 a la población mundial este año. La vacuna debe ser tratada como un bien público global. No hay lugar para el ‘nacionalismo de las vacunas’.

121.          El PNUD asume el compromiso de desempeñar su parte bajo la dirección de la OMS y de trabajar en colaboración con UNICEF y el resto de la familia ONU, con GAVI, con el Fondo Mundial, el Acelerador ACT, el Plan de Acción Global SDG3, y otros socios para impulsar la equidad y el acceso.

122.          Al mismo tiempo, el peso de la deuda amenaza con descarrilar la recuperación. En 2020, seis países ya declararon el impago. Los países más pobres del mundo gastaron más del doble de su PIB (en porcentaje) que otros países en el servicio de su deuda externa, lo que limita sus opciones de invertir en una respuesta de emergencia para el desarrollo.

123.          A diferencia de las economías avanzadas, la mayoría de los países en desarrollo no serán capaces de gastar o de obtener financiación para salir de esta pandemia. La mayoría preferirían seguir apoyando los ingresos de las PYMES, los hogares y los trabajadores hasta que las campañas de vacunación estén en marcha, pero muchos de ellos ya no tienen espacio fiscal para hacerlo. El año pasado, el PNUD hizo un llamamiento para crear un ingreso básico temporal, financiado en parte por la congelación de los pagos de la deuda en los países en desarrollo.

124.          En 2021, el PNUD se une a nuestros socios de la ONU para pedir la elaboración de un índice multidimensional de vulnerabilidad que refleje las vulnerabilidades ambientales y socioeconómicas, tanto para los PEID como para el resto de los países; un índice que permitiría a los responsables de formular las políticas, a las entidades financieras, y a los inversionistas entender y abordar mejor los problemas estructurales, como el acceso a financiación en condiciones favorables, y ayudar a salvaguardar los avances de la Agenda 2030 y la Trayectoria de Samoa. Pronto tendremos más información relacionada.

125.          A través de la emblemática iniciativa SDG Impact de nuestro Centro para el Sector Financiero, el PNUD desarrolló en 2020 una serie de estándares de garantía de la praxis para los bonos ODS, un proyecto que ilustra la clase de herramientas e instrumentos innovadores que utilizará el PNUD en su trabajo con sus socios en 2021 en respuesta a la demanda pública y privada.

126.          El Secretario General de la ONU y los primeros ministros de Canadá y Jamaica han presentado propuestas de largo alcance sobre la liquidez de la deuda y otras medidas financieras relacionadas con el desarrollo sostenible. Es imperativo que todos desarrollemos estos compromisos porque no estamos ante un problema contable y no se trata de una cuestión de superávits o de déficits. Fundamentalmente, se trata de mejorar el bienestar de las personas en todo el planeta.

La promesa climática y más allá

127.          Como refleja el informe La próxima frontera: el desarrollo humano en el Antropoceno, pueden vivir y morir 4.000 generaciones antes de que el dióxido de carbono producido desde la revolución industrial hasta hoy desaparezca de la atmósfera y, sin embargo, las economías siguen subvencionado los combustibles fósiles, prolongando nuestro hábito al carbono como una droga que circula por las venas de las economías.

128.          Y el impacto será extremadamente desigual. En 2100, los países más ricos del mundo podrían tener 18 días menos al año de temperaturas extremas a consecuencia del cambio climático, mientras que los más pobres podría experimentar 100 días más. Este número podría recortarse a la mitad si se cumple plenamente el Acuerdo de París.

129.          2021 también será el año de la naturaleza – desde la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios a las Conferencias de las Partes sobre la biodiversidad y el clima—. Es un año para el que debemos estar preparados. El PNUD mantendrá y ampliará su promesa, que incluye un mayor énfasis en la energía.

130.          Seguiremos defendiendo la necesidad de dejar atrás la adherencia al PIB como único parámetro de las perspectivas de un país, para lo que utilizaremos los recursos que nos ofrece el Índice de Desarrollo Humano ajustado por las presiones planetarias (IDHP) del Informe sobre Desarrollo Humano de 2020, una herramienta nueva y experimental que suma la huella material y las emisiones de carbono de los países al Índice de Desarrollo Humano (IDH).

131.          Y por medio de alianzas como la constituida con IRENA, Energía Sostenible para Todos, y el Fondo Verde para el Clima en la Plataforma de Inversión Climática, ayudaremos a limpiar el ámbito de la financiación climática y cerrar la brecha en la financiación que necesitan los países para efectuar una transición energética acelerada de manera eficiente y efectiva. 

La próxima frontera del desarrollo humano empieza ahora

132.          Señora Presidenta, colegas, y amigos, 2020 fue un año como ningún otro. Un año en el que el PNUD se mantuvo al lado de nuestros socios con una respuesta local rápida, con un liderazgo intelectual ambicioso, con políticas y programas integrados con los ODS, y con una institución cada vez más ágil y eficiente que tiene como referentes la transparencia y la rendición de cuentas.

133.          Fuimos capaces de hacerlo porque nuestros equipos se quedaron y prestaron su servicio, y eso ayudó a que otros pudieran hacer lo mismo. Sentimos profundamente la ausencia de nuestros colegas, socios, amigos, y familiares que perdieron la vida en 2020, y empezamos 2021 con la esperanza de que este año marcará el final de esta terrible pandemia. Aunque abrigamos la esperanza de una recuperación rápida a lo largo y ancho del planeta, seguiremos ayudando a los países a prepararse y adaptarse a una temporada larga de recesiones, demoras y recuperaciones parciales.

134.          Mi esperanza es que 2021 marque también el final de la complacencia respecto a la crisis climática que enfrentamos, el final de los asaltos contra los derechos humanos, la dignidad, los hechos, y la evidencia científica. Con la vacuna distribuida en función de las necesidades y no de la riqueza para inocular contra esta enfermedad única en nuestra generación; con el compromiso de inocular contra la desigualdad, la desinformación, el racismo, los estigmas y la discriminación; con un anhelo renovado por la paz y una determinación de inocular contra el abuso del planeta que habitamos y el aire que respiramos.

135.          Como ha expresado el Secretario General de la ONU, los ODS dejan una cosa clara: nuestra agenda común es una agenda universal, Señora Presidenta. Este es el momento de dar un impulso a los ODS, de iniciar una verdadera Década de Acción que nos ofrezca un futuro de desarrollo. Encontrar un camino más allá de la COVID-19 constituirá el viaje de una generación. El PNUD asume este compromiso. Y sé que puedo contar con el liderazgo, la guía, y el apoyo de nuestra Junta Ejecutiva. Gracias.