La acción climática como compromiso generacional

Daniel Calarco, jóven líder de Generation17, iniciativa del PNUD con Samsung, asistió al evento Stockholm +50 y nos cuenta lo que vivió en primera persona

21 de Junio de 2022

El evento Stockholm +50 tuvo el compromiso de llevar los debates ambientales al centro de la política, la economía y las relaciones internacionales. Daniel Calarco participó como representante de la juventud en un panel sobre el impacto desigual del cambio climático.

Foto: Daniel Calarco

Los preparativos para este evento comenzaron mucho antes de que yo naciera. Hace exactamente 50 años, en 1972, tuvo lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano. La ocasión hizo que la discusión sobre el medio ambiente alcanzara relevancia global y urgente sin precedentes, y contó con la asistencia de 122 países. El resultado fue la aprobación de la Declaración y el Plan de acción de Estocolmo para el medio humano y el establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Kenia. En junio de 2022, la misma semana que se celebraba el Día Mundial del Medio Ambiente, se llevó a cabo Stockholm +50 con el compromiso de llevar los debates ambientales al centro de la política, la economía y las relaciones internacionales. En medio de la década de acción, el encuentro de líderes mundiales estuvo marcado por la esperanza, combinada con la prisa, de generaciones que no tienen tiempo que perder. 

Y como señala la campaña We Have No Time (No tenemos tiempo), quedarse sin tiempo era la consigna en Estocolmo (Suecia). Desde la década de 1970, la escala y la urgencia de la agenda climática se han vuelto mucho más alarmantes. No podemos esperar hasta 2030 para contener la insurgencia de la triple crisis a la que el planeta se enfrenta: crisis climática, crisis de pérdida de naturaleza y biodiversidad, y crisis del exceso de contaminación y desechos. 

Tampoco podemos olvidar que estos desafíos impactan desproporcionadamente a los grupos y poblaciones vulnerables, especialmente a las del sur global e interseccionales. Y también que la construcción de políticas sostenibles y eficientes es intergeneracional y necesita de la implicación de todas las personas. 

Esta fue una de las fortalezas del encuentro que, aún sin ser deliberativo, trajo a las mesas de negociación audiencias jóvenes activistas y autoridades climáticas, líderes y actores con un compromiso firme que se inició hace 50 años. Este fue el panel en el que participé, realizado por Generation17, la iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Samsung, que apuesta por impulsar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a través de la tecnología. La aplicación Samsung Global Goals ya está instalada en más de 100 millones de celulares inteligentes Galaxy en todo el mundo y ha recaudado más de USD 1,5 millones en donaciones para el PNUD. 

Daniel asistió al evento Stockholm +50 y coincidió con líderes internacionales de diferentes organizaciones como David R. Boyd, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre derechos humanos y medio ambiente, con Poonam Ghimire, miembra de la Junta Asesora de Alto Nivel de la ONU sobre Multilateralismo Efectivo, y con Giovanna Kuele, asesora del Instituto Igarapé.

Foto: Daniel Calarco

Nuestro compromiso es democratizar la Agenda 2030. Para lograrla, cualquier persona, sea cual sea su idioma, puede aprender sobre los desafíos y las conexiones entre los ODS, encontrar recursos sobre las iniciativas de la ONU y aplicar sus aprendizajes en la práctica a través de soluciones fáciles y sencillas.

Algunos de los jóvenes miembros de la iniciativa Generation 17 estuvieron presentes en el evento, ya que comparten el compromiso de abordar juntos las mismas urgencias que la conferencia trató. Necesitamos hace frente a la triple crisis, pero poniendo como base los siguientes valores y principios que reflejan las recomendaciones finales de la conferencia y la visión de la juventud en la construcción de nuestro presente y futuro: 

 

  1. ¡Nada sobre nosotros sin nosotros! Los más afectados deben formar parte de la formulación de soluciones, poniendo el bienestar humano en el centro para poder lograr un planeta sano y próspero para todas las personas, reconociendo que este es un requisito previo para construir sociedades pacíficas, cohesionadas y prósperas. 
     
    Un ejemplo representativo de este compromiso fue la voz poderosa de Txai Suruí, la cual se escuchó en todo Stockholmsmässan (centro de convenciones y exhibiciones de Estocolmo donde tuvo lugar Stockholm +50). Txai verbalizó la violencia y persecución que sufren los pueblos indígenas en la región amazónica. La joven expuso el avance de los efectos del cambio climático en la Amazonía y la urgencia de proteger a quienes salvaguardan la selva. Mientras Txai denunciaba en la conferencia el avance de la agricultura en la tierra indígena Uru-Eu-Wau-Wau en Rondônia, su pueblo seguía sufriendo las amenazas y las violaciones, y no contaba com el apoyo de las autoridades brasileñas. 
     

  1. La gente vive en las ciudades y no en los programas globales. Los gobiernos locales y subnacionales son esenciales en este proceso. Es deber de todas las esferas fortalecer la implementación nacional de los compromisos existentes para un planeta saludable, a través de la mejora de la legislación ambiental, los presupuestos, los procesos y marcos de planificación, promoviendo la formulación de políticas basadas en la evidencia, incluso a través de la colaboración con diferentes sectores. 
     
    Compromisos como el proyecto Favela.LAB, del Observatorio Internacional de la Juventud, brindan capacitación, financiamiento y una red de trabajo para que los jóvenes tomen medidas en sus favelas y periferias, asegurando que los esfuerzos globales hacia los ODS se pongan en práctica en las comunidades de Río de Janeiro y en Brasil en general. 
     

  2. La acción climática es un compromiso generacional. Reconocer que la cooperación entre jóvenes, niños, adultos y ancianos es esencial en la acción ambiental, destacando no solo los desafíos sino también los avances logrados, ¡es un pacto que incluso nos puede ayudar a hacer aún más! Y esto debe hacerse creando canales de diálogo, construyendo aprendizajes e incidencia colectiva. 
     
    Todos los paneles se basaron en estos intercambios, asegurando que los líderes jóvenes e incluso los exministros o representantes actuales de gobiernos y organizaciones internacionales hablaran de igual a igual. 

Muchos jóvenes están comprometidos a ser la voz del cambio que necesitamos para abordar la crisis climática. Esta foto es un ejemplo de ello. Daniel se encuentra con otros jóvenes líderes climáticos, de izquierda a derecha: Eduardo Cavaliere, exsecretario de medio ambiente de Río de Janeiro; Jayathma Wickramanayake, Secretaria General Enviada de la Juventud; Txai Surui, líder indígena de la Amazonía; Gabriel Mantelli, representante de Conectas; y Karina Penha, profesora de Favela.LAB.

Foto: Daniel Calarco

El mensaje que nos queda de este evento tiene dos caras. Por un lado, es necesario reconocer que nos enfrentamos a desafíos medioambientales de más trascendencia que antes. Desafortunadamente, la cuenta regresiva para contener una catástrofe ambiental global nunca ha estado tan urgente, y este es sin duda un factor que genera ansiedad entre los jóvenes. Después de todo, es injusto que la factura de estas trabas recaiga sobre ellos. Costó vidas, sociedades y futuros, pero necesitamos superar el sentimiento que domina nuestra mente, que es el sentimiento de que no seremos capaces de reparar el daño ya hecho. Porque es precisamente en estos tiempos que es necesario recordar que el ser humano, en armonía con la naturaleza, consigue lo que consideramos imposible.

Es precisamente en momentos de crisis que las personas transformamos el mundo. Y hoy más que nunca no estamos solos en esta lucha. Nunca hemos tenido tantos recursos a nuestra disposición para llevar nuestras voces a cualquier persona y hasta cualquier lugar. Nunca hemos sido tan conscientes de la importancia de estas pautas y de afrontar colectivamente nuestros miedos. No cambiaremos por completo el mundo, pero será más ambicioso y eficaz, por lo que el futuro será más sostenible y, en esencia, un lugar en el que poder vivir. 

Y lo más importante: nunca ha habido tantos jóvenes decididos a invertir tiempo para cambiar de una vez por todas nuestros hábitos, mentalidades y acciones a favor del planeta, para que las generaciones venideras no tengan que pasar por los miedos que estamos viviendo ahora. La reunión de Estocolmo finalizó allanando el camino para Río +30, la conferencia sobre el papel de las ciudades y el sur global en la vanguardia mundial de la lucha por la justicia climática. Espero que esto se haga en base a las tres valiosas recomendaciones de Estocolmo sobre la construcción de los próximos pasos para el futuro que queremos y cómo lo conseguiremos en el presente. 

 

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