¿Es la buena gobernanza un precursor necesario de la paz?

¿Importa el desempeño del gobierno para la consolidación de la paz? El PNUD cree firmemente que sí. Fundamentalmente, la buena gobernanza puede garantizar que la paz perdure al abordar las causas fundamentales de la tensión y asegurarse de que todos los ciudadanos sientan que sus necesidades e intereses están representados de manera justa

20 de Enero de 2021
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Foto: PNUD Yemen

¿Importa el desempeño del gobierno para la consolidación de la paz? El PNUD cree firmemente que sí. Fundamentalmente, la buena gobernanza puede garantizar que la paz perdure al abordar las causas fundamentales de la tensión y asegurarse de que todos los ciudadanos sientan que sus necesidades e intereses están representados de manera justa.

Si no se abordan los factores subyacentes que amenazan la paz en primer lugar, las tensiones corren el riesgo de continuar a fuego lento, incluso si se logran avances. Reconociendo esto, el PNUD apoya el fortalecimiento de la gobernanza en más de 170 países proporcionando apoyo integrado de políticas y programas a través de financiación catalizadora, asistencia técnica, evaluaciones de diagnóstico rápido y garantía de calidad.

En Yemen, donde el 80 % de la población depende de la asistencia humanitaria, el PNUD se ha asociado con UNICEF, la OMS y el Banco Mundial para ayudar a desarrollar la resiliencia de las instituciones locales para restaurar una gobernanza receptiva, responsable e inclusiva garantizando una prestación de servicios eficaz y restableciendo la confianza pública en instituciones de gobierno centrales que no dejan a nadie atrás.

En Honduras, el PNUD implementó una iniciativa de 1,7 millones de dólares de los Estados Unidos (USD) financiada por el Fondo de Consolidación de la Paz, en colaboración con el Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con el fin de facilitar un diálogo nacional sobre las prioridades clave de la consolidación de la paz para promover la cohesión social en el país.

Brindar apoyo al gobierno nacional y local crea una base para el desarrollo sostenible a nivel nacional. Pero, ¿cómo se define la buena gobernanza?

El PNUD define la buena gobernanza como sistemas de gobierno capaces, receptivos, inclusivos y transparentes. El PNUD trabaja en estrecha colaboración con los gobiernos para fortalecer las instituciones públicas, ayudar a combatir la corrupción y apoyar la participación inclusiva. Este apoyo es particularmente crucial en los países afectados por la fragilidad, la violencia y los conflictos donde la prestación de servicios básicos y la capacidad de respuesta al riesgo se está reduciendo y será difícil de recuperar una vez finalizada la crisis.

En Sudán, el PNUD está trabajando junto con el Reino Unido y la Unión Europea para fortalecer las capacidades de la Oficina Ejecutiva del Primer Ministro y las instituciones gubernamentales encargadas de consolidar la paz, garantizar la recuperación económica y liderar una transición hacia la gobernanza democrática en respuesta a las voces de la transformación juvenil y pacífica de Sudán.

Existen decenas de índices que analizan el desempeño de los gobiernos, como el Índice de Gobernanza Mundial y el Indicador de Gobernanza Sostenible. El Índice de Gobernanza BTI se considera uno de los análisis más completos del desempeño del sector público, ya que se deriva de tres indicadores cualitativos y tres cuantitativos. Clasifica a los países según el desempeño de su liderazgo para medir los éxitos y los retrocesos en función de los criterios seleccionados, incluida la democracia, la gestión política basada en el estado de derecho y una economía de mercado socialmente responsable.

Los 10 países con el desempeño más bajo en la BTI de 2018 incluyen a Somalia, Siria y Yemen, que sufren un conflicto en curso. Entonces, ¿cuál es la relación entre conflicto y gobernanza? Cuando se hace una comparación entre el Índice de Paz Global y el BTI, curiosamente, siete de los mismos países están presentes en 2018.

Los países que se encuentran entre los 10 más bajos tanto en BTI como en el Índice de Paz Global están experimentando conflictos en curso o han experimentado uno recientemente (excepto Rusia). Esta comparación nos dice que existe una correlación entre paz y gobernanza. El documento temático publicado recientemente para el Informe 2020 del Secretario General de las Naciones Unidas sobre el sostenimiento de la paz y la consolidación de la paz también articula este vínculo, afirmando que la paz depende de la calidad de la gobernanza, y la calidad de la gobernanza puede verse afectada por la paz.

El Administrador del PNUD, Achim Steiner, también destacó recientemente la correlación entre la paz y la gobernanza en sus comentarios a la Comisión de Consolidación de la Paz, destacando la importancia de “invertir en el ODS 16 - el Objetivo de las instituciones habilitadoras - y las brechas en las respuestas integradas sobre el terreno”.

El conflicto puede ser un obstáculo importante para la buena gobernanza. Sin embargo, en 2016, solo el 2 % de la asistencia oficial para el desarrollo en contextos frágiles se destinó a la prevención de conflictos/consolidación de la paz, a pesar de que el Índice de Paz Global indica que el mundo se ha vuelto menos pacífico durante la última década. El conflicto es una cuestión clara de gobernanza, y un gobierno puede ser una fuerza importante para la paz dada su responsabilidad de la administración del presupuesto del país, así como de la gestión de la asistencia internacional para el desarrollo (AOD, por sis siglas en inglés).

Es obvio que una gobernanza débil puede contribuir al conflicto, y viceversa. La gestión eficaz del sector público es esencial para la prevención de conflictos, la consolidación de la paz y más allá, como una respuesta suficiente a la COVID-19 en nombre de los ciudadanos. Además, dado que solo el 2 % del presupuesto de la AOD se asigna a la prevención de conflictos y la consolidación de la paz en países frágiles, los donantes y las agencias de ayuda deberían considerar invertir más en mejorar el desempeño de la gobernanza para perseguir los objetivos de desarrollo sostenible a largo plazo y lograr una paz sostenida.