Desarrollo humano resiliente: lecciones de la República Dominicana
25 de Abril de 2024
En nuestro mundo interconectado, el nexo entre la pobreza, la desigualdad y las catástrofes presenta un desafío complejo. Esta relación involucra factores económicos, sociales, políticos y culturales que interactúan con las condiciones ambientales, influyendo a su vez en la vulnerabilidad de las comunidades a los peligros naturales. A lo largo de los años, en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hemos resaltado estos problemas en los Informes sobre Desarrollo Humano (disponible en inglés), instando a prestar atención y actuar.
Durante las catástrofes, las personas más afectadas suelen ser las más vulnerables debido a su ubicación y recursos limitados, lo que exacerba las desigualdades existentes. Además, las respuestas insuficientes pueden profundizar la pobreza y revertir los logros en el desarrollo humano. Comprender esta complejidad es crucial para implementar estrategias efectivas de gestión del riesgo y reducción de las vulnerabilidades.
Un ejemplo de esto es Sabana de la Mar, un municipio de la República Dominicana. Aquí, el PNUD ha sido fundamental en la construcción de resiliencia a través de un enfoque en el desarrollo humano. Al abordar las vulnerabilidades en la vivienda e integrar enfoques sistémicos, hemos demostrado cómo medidas proactivas pueden proteger a las comunidades de los impactos adversos de los peligros ambientales.
Después del huracán Fiona, a solicitud del Ministerio de Vivienda y Edificaciones del país (MIVHED), en el PNUD trabajamos en conjunto con el Gobierno y la sociedad civil para llevar a cabo una evaluación de los daños en más de 2.500 hogares con techo de zinc. Esta evaluación se realizó utilizando la herramienta global del PNUD para medir los daños en hogares y edificaciones (HBDA, disponible en inglés), que identificó rápidamente los impactos causados por Fiona y evaluó la situación socioeconómica de los hogares afectados.
Con esta base, se desarrolló una estrategia de recuperación centrada en aumentar la resiliencia del municipio Sabana de la Mar, que consta de tres áreas clave: gobernanza municipal, resiliencia económica y resiliencia de los hogares afectados.
En el área de resiliencia en la gobernanza municipal, trabajamos con el Gobierno local para fortalecer el comité municipal para la prevención, mitigación y respuesta, así como para proporcionar equipos básicos de rescate a la defensa civil. En este proceso, también se apoyó al municipio en la formación del Consejo Económico y Social local y en la formulación del Plan de Desarrollo Municipal (PDM), alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, considerando el impacto de la COVID-19 y el huracán Fiona.
La segunda área se centró en la resiliencia económica con el objetivo de fomentar la recuperación financiera de los individuos afectados a través del apoyo a los medios de vida utilizando el programa regional "En Marcha" del PNUD, el cual fortaleció 54 micro y pequeñas empresas, en su mayoría dirigidas por mujeres, mejorando sus capacidades empresariales y competitividad. Esto incluyó capacitación grupal, asesoramiento confidencial personalizado, estrategias digitales y renovación empresarial, lo que llevó a mejoras en las ventas.
La tercera área tuvo como objetivo reducir los riesgos existentes y fortalecer la resiliencia comunitaria mediante mejoras en la infraestructura de los hogares afectados. En el PNUD, en asociación con Hábitat para la Humanidad República Dominicana, mejoramos paredes, techos e instalaciones eléctricas de 20 hogares afectados por el huracán y edificamos tres nuevos hogares, capacitando a constructores comunitarios en reparaciones de hogares más resistentes a los huracanes.
Este es un ejemplo de cómo en el PNUD hemos puesto nuestra capacidad de respuesta rápida, mecanismos globales, experiencia y métodos internacionales al servicio de un país para proporcionar apoyo concreto como: recopilación de datos y evaluaciones tempranas para financiamiento y recuperación, complementando la respuesta humanitaria, así como soluciones para mantener el acceso a servicios básicos, recuperación del empleo, evaluación y reconstrucción de viviendas, fortalecimiento de sistemas de protección social y transformación digital. También ha servido para establecer una política pública, ya que el gobierno dominicano tiene la intención de ampliar este modelo e implementarlo en otros municipios.
Este enfoque se centra en poner a las personas primero, romper el ciclo de fragilidad y adaptarse a los desafíos emergentes. Esto se alinea con el marco más amplio de las Naciones Unidas para la respuesta y recuperación ante desastres, demostrando un compromiso de no dejar a nadie atrás.
La actual crisis climática enfatiza aún más la necesidad de un desarrollo humano resiliente. A medida que los eventos climáticos extremos se vuelven más frecuentes e intensos, países como la República Dominicana enfrentan desafíos significativos para sostener su progreso en el desarrollo humano.
El éxito logrado en Sabana de la Mar ha servido para establecer un plan para abordar la vulnerabilidad y construir resiliencia a mayor escala, pues el MIVED planea implementar este modelo para beneficiar a un total inicial de 178 hogares en el país, como parte de su estrategia nacional, y con apoyo del PNUD. Al innovar y estar a la vanguardia, podemos seguir desempeñando un papel vital en la formulación de políticas y estrategias que protejan los avances en el desarrollo humano y aseguren un futuro más sostenible para todas las personas.