Plan de la ONU para la recuperación social y económica ante la COVID-19

Con las economías tambaleándose y el desempleo en alza, la ONU intensifica los planes de recuperación social y económica junto con la respuesta de salud dirigida por la OMS

27 de Abril de 2020

 

Nueva York - Según un nuevo informe de las Naciones Unidas, si no se cuenta con respuestas urgentes que aborden los impactos sociales y económicos de la pandemia de COVID-19, el sufrimiento mundial aumentará, poniendo en peligro las vidas y medios de subsistencia en los próximos años.

La advertencia se presenta como parte de un marco de la ONU para la respuesta socioeconómica inmediata a COVID-19. Como la principal agencia de la ONU sobre el impacto y la recuperación socioeconómica, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) proporcionará el liderazgo técnico en los esfuerzos de recuperación socioeconómica de la ONU. Apoyará la coordinación general de los coordinadores residentes y trabajará con los equipos de la ONU como si fueran uno en todos los aspectos de la respuesta.

Los equipos de las Naciones Unidas que cubren 162 países y territorios implementarán este plan de recuperación en los próximos 12 a 18 meses, bajo el liderazgo de los Coordinadores Residentes de las Naciones Unidas, apoyados por el PNUD, y aprovechando todos los recursos de las Naciones Unidas a nivel local y mundial en una respuesta integrada.

“El impacto social y económico a largo plazo de esta crisis será profundo. Es por eso que estamos comprometidos a liderar la respuesta socioeconómica de la ONU, a solicitud del Secretario General, en asociación con nuestras agencias hermanas de la ONU y bajo el liderazgo de los Coordinadores Residentes en los países que servimos", dijo el Administrador del PNUD Achim Steiner.

Ya estamos comenzando a comprender los posibles impactos socioeconómicos de esta pandemia: el Banco Mundial advirtió que podría empujar a entre 40 y 60 millones de personas a la pobreza extrema este año, siendo África subsahariana la región más afectada, seguida por Asia Meridional. La Organización Internacional del Trabajo estima que se podrían perder el equivalente a 195 millones de empleos. El Programa Mundial de Alimentos proyecta que 135 millones de personas enfrentan una crisis de hambruna, mientras que otros 130 millones se encuentran al borde de la inanición.

El marco global de la ONU proporciona una estrategia para la respuesta socioeconómica urgente, basada en cinco pilares críticos: protección de los servicios y sistemas de salud; protección social y servicios básicos; proteger empleos y pequeñas y medianas empresas, y los actores productivos más vulnerables; respuesta macroeconómica y colaboración multilateral; y cohesión social y resiliencia comunitaria.